{"id":11548,"date":"2002-09-01T00:00:00","date_gmt":"2002-09-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11548"},"modified":"2012-11-23T17:46:26","modified_gmt":"2012-11-23T23:46:26","slug":"el_duque_de_los_abruzos","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2002\/el_duque_de_los_abruzos\/","title":{"rendered":"El Duque de los Abruzos"},"content":{"rendered":"
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Mirella Tenderini y Michael Shandrick. El Duque de los Abruzos. Vida de un explorador<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid, 2001. 240 p\u00e1ginas. ISBN: 84-95760-14-2<\/p>\n

\n Los monta\u00f1istas saben que en la segunda monta\u00f1a del mundo existe un espol\u00f3n que se llama Espol\u00f3n de los Abruzos y que es ahora la ruta normal de ascenso a esta monta\u00f1a. Quiz\u00e1 es por esto que Luis Amadeo Jos\u00e9 Mar\u00eda Fernando Francisco de Saboya-Aosta, duque de los Abruzos, es m\u00e1s conocido. Sin embargo, su labor como alpinista y como explorador van m\u00e1s all\u00e1 de una expedici\u00f3n al K2.<\/p>\n

Duque de un pa\u00eds que tiene en "miras a sentarse a la mesa de los poderosos", Luis de Saboya se las ingenia para pasar sus ratos libres escalando monta\u00f1as y en 1897, a los 24 a\u00f1os de edad, realiza su primera gran exploraci\u00f3n: el ascenso al monte San El\u00edas, en Alaska, monta\u00f1a que nadie hab\u00eda subido hasta entonces. Educado en la disciplina de la marina, analiza cada historia de los intentos previos y decide que la expedici\u00f3n deber\u00e1 hacerse como si se tratara de una expedici\u00f3n a los polos y no como si fuera una monta\u00f1a nada m\u00e1s. Su an\u00e1lisis le deja claro que s\u00f3lo cruzar el glaciar para llegar a la monta\u00f1a es de por s\u00ed una expedici\u00f3n polar. Esto y otras innovaciones, como las de usar las estufas que Fridtjof Nansen hab\u00eda dise\u00f1ado para su traves\u00eda en Groenlandia, son las que le dan el \u00e9xito.<\/p>\n

Dos despu\u00e9s, su segunda expedici\u00f3n se dirige al Polo Norte. Ha le\u00eddo minuciosamente el libro de Nansen e incluso ha viajado para platicar con \u00e9l. \u00c9l no quiere pasar m\u00e1s de un invierno en el Polo y su barco, el Estrella Polar<\/i>, se dirige hacia las aguas donde Nansen hab\u00eda viajado. En un accidente, una mano se le congela y no puede marchar al Polo, as\u00ed que ve c\u00f3mo sus hombres se dirigen al norte y semanas despu\u00e9s regresan con una noticia: han llegado m\u00e1s al norte que Nansen. Se trata de un r\u00e9cord que el mismo Peary toma como una ofensa. Sin embargo a diferencia de la expedici\u00f3n al San El\u00edas, la del Polo no hab\u00eda alcanzado su objetivo, y por a\u00f1adidura tres hombres hab\u00edan perdido la vida; sin embargo, precisamente la del Estrella Polar fue la expedici\u00f3n que asign\u00f3 al duque un puesto de primer plano en el rango de los exploradores." (p. 93)<\/p>\n

Es 1897 y entonces "Eran a\u00f1os de intenso fervor por todo lo que se pod\u00eda descubrir y experimentar. Era la \u00e9poca de las grandes exploraciones, y el inter\u00e9s por los viajes y descubrimientos se difund\u00eda cada vez m\u00e1s." (p. 23-24)<\/p>\n

Han de pasar nueve a\u00f1os para que realice su siguiente expedici\u00f3n: el monte Ruwenzori, de quien Henry Morton Stanley hab\u00eda dicho en 1901: "Espero que un hombre dedicado a su trabajo, un alpinista apasionado, tome en consideraci\u00f3n el Ruwenzori y lo estudie, lo explore de arriba abajo, cruzando sus enormes crestas y profundas canales." (cit. en p. 100)<\/p>\n

Para entonces, la noticia de que el duque de los Abruzos se dirige a un objetivo es sin\u00f3nimo de competencia: "A estas alturas, el duque de los Abruzos ya era un personaje famoso, y su participaci\u00f3n en acontecimientos deportivos era garant\u00eda de un gran seguimiento por parte del p\u00fablico y de la prensa." (p. 96) Ya hab\u00eda sucedido en el San El\u00edas y en el Polo la competencia se segu\u00eda dando. "Siempre pasa lo mismo, durante a\u00f1os nadie ha pensado en las Monta\u00f1as de la Luna, y ahora todos corren hacia ellas." (p. 102)<\/p>\n

Sin embargo, ninguno de sus contendientes consigue la cima mientras \u00e9l asciende a todas las cumbres del macizo.<\/p>\n

Hasta 1909 es cuando dirige la expedici\u00f3n al K2. Como en el Polo, el objetivo se descubre como m\u00e1s all\u00e1 de las posibilidades de entonces, pero ascienden por encima de los seis mil metros por el espol\u00f3n que ahora lleva su nombre y que es la ruta normal por donde ascendieran los italianos en 1954. Y como no consiguen su objetivo, se dirigen al Chogolisa, pero tambi\u00e9n ah\u00ed son rechazados por la monta\u00f1a. Luis de Saboya habr\u00eda de regresar del Karakorum sin una cima pero con importantes datos y fotograf\u00edas de Vittorio Sella.<\/p>\n

La vida del duque de los Abruzos no fue tan c\u00f3moda como pudiera imaginarse. Su pertenencia a la casa real de Italia y sus haza\u00f1as fueron m\u00e1s que notorias: "En esta Italia que miraba hacia el futuro con esperanza, las haza\u00f1as del duque de los Abruzos constitu\u00edan un motivo de orgullo nacional, una baza que jugar tambi\u00e9n en el extranjero, de donde la joven naci\u00f3n hab\u00eda gozado hasta ese momento de escasa consideraci\u00f3n." (p. 96-97)<\/p>\n

Mezclado con la pol\u00edtica (sin quererlo) y con la Primera Guerra Mundial (de voluntad propia), la vida del duque de los Abruzos es m\u00e1s que interesante. El libro tiene la cualidad de mostrar no s\u00f3lo al duque, sino al mundo en que un personaje de su talla est\u00e1 viviendo junto con la Italia donde "surg\u00eda la primera f\u00e1brica italiana de autom\u00f3viles" y las relaciones diplom\u00e1ticas en que se ve involucrado por fuerza.<\/p>\n

M\u00e1s que un mero alpinista, Luis de Saboya-Aosta se descubre como un aut\u00e9ntico explorador porque sigue en otros medios lo que Mummery, de quien era amigo, hab\u00eda plasmado: "…el verdadero alpinista es el que intenta nuevas ascensiones…" (Mummery, cit. en p. 38)<\/p>\n

La \u00fanica desgracia del libro es, como comentan los autores, que tiene s\u00f3lo una frase c\u00e9lebre que haya dicho o pensado el duque, lo cual nos priva de lo m\u00e1s valioso de este explorador, pero esto se debe precisamente a que "En la dif\u00edcil tarea de reconstruir su vida, nuestro trabajo se ha visto dificultado a\u00fan m\u00e1s por la desaparici\u00f3n de los diarios personales del duque, que se perdieron, junto con los archivos de la familia Saboya, al final de la segunda guerra mundial."<\/p>\n


\n Erratas<\/b><\/p>\n

P\u00e1gina 13, primera l\u00ednea, dice: "El sol abrasaba ese 22 de febrero de 1993…" Debe decir: 1933.\n <\/p>\n<\/div>\n

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\n Es poco conocido incluso entre los escaladores. ¿Quién fue? ¿Un personaje con la tremenda fortuna de nacer dentro de la nobleza y poder gastar sin límite en expediciones? ¿Un aristócrata aventurero? ¿Un explorador? La biografía del duque de los Abruzos, uno de los exploradores del siglo XIX y XX más importantes pero también más ocultos por su pertenencia a la nobleza, muestra a un hombre más que a un noble. Un hombre con la capacidad extraordinaria de ver siempre más allá dentro de sus exploraciones.<\/p>\n<\/td>\n

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