{"id":11540,"date":"2002-12-01T00:00:00","date_gmt":"2002-12-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11540"},"modified":"2012-11-20T18:26:40","modified_gmt":"2012-11-21T00:26:40","slug":"escaladas_en_los_alpes","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2002\/escaladas_en_los_alpes\/","title":{"rendered":"Escaladas en los Alpes"},"content":{"rendered":"
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Alfred Frederick Mummery. Escaladas en los Alpes<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 2002. 218 p\u00e1ginas. ISBN: 84-85760-46-0<\/p>\n

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Poder moverse con libertad y seguridad en una pendiente de monta\u00f1a deber\u00eda ser el reto que se planteara un joven monta\u00f1ero. (p. 215)<\/p>\n

Mummery no ha sido \u00fanicamente el escalador brit\u00e1nico m\u00e1s valiente y que m\u00e1s \u00e9xitos ha cosechado, sino que adem\u00e1s sus principios de alpinismo conservan \u00edntegra su validez en nuestros d\u00edas y sirven de base al alpinismo moderno.<\/p>\n

Reinhold Messner. (cit. en p. 9)<\/p>\n<\/blockquote>\n<\/blockquote>\n

\n Hacia 1871, Alfred Frederick Mummery iniciaba su aprendizaje en monta\u00f1ismo "y, desde entonces, ha continuado sin perder un \u00e1pice de su fuerza." (p. 197) y a partir de entonces, tambi\u00e9n, el monta\u00f1ismo se convertir\u00eda en "…una pasi\u00f3n que ha ido creciendo con los a\u00f1os y que ha moldeado mi vida y mi pensamiento de manera nada desde\u00f1able." (p. 11) Ese moldeado de su vida se expresa en una sola frase: "…un aut\u00e9ntico escalador nunca repite una ascensi\u00f3n…" (p. 12)<\/p>\n

Como todos los monta\u00f1istas de su \u00e9poca, inicia en compa\u00f1\u00eda de un gu\u00eda, un ayudante de gu\u00eda y sus porteadores para cargar las "pesad\u00edsimas mochilas" que se llevaban entonces. Sin embargo, pronto encuentra algo que le llama poderosamente la atenci\u00f3n: subir por donde no ha subido nadie. Los gu\u00edas convencionales, sin embargo, no hacen caso de este "se\u00f1orito" llegado de Inglaterra, pero poco despu\u00e9s encuentra a Alexander Burgener, con quien habr\u00eda de hacer cordada casi continua en sus grandes escaladas.<\/p>\n

"Me sorprendi\u00f3 que se expresara de manera tan audaz, y me dio la impresi\u00f3n de no ser s\u00f3lo se\u00f1al de una sabia desconfianza en un escalador no muy experimentado, sino tambi\u00e9n un empe\u00f1o de llevar a cabo el ataque, una vez empezado, hasta los l\u00edmites de lo posible." (p. 15)<\/p>\n

As\u00ed entran a paredes que no se han intentado antes y llegan a lo que har\u00eda famoso a Mummery: la escalada al Gr\u00e9pon por la fisura que lleva a\u00fan su nombre:<\/p>\n

"Era, desde luego, una de las rocas m\u00e1s inexpugnables en las que haya posado los ojos. A diferencia del resto del pico, era suave al tacto, y sus cantos rectos no ofrec\u00edan agarre de tipo alguno. Cierto es que el bloque estaba fracturado desde arriba hasta abajo, pero la grieta, de una anchura de diez o doce cent\u00edmetros, ten\u00eda unos bordes tan suaves que parec\u00eda que los hab\u00eda labrado un maestro cantero y no ten\u00eda ninguno de esos recovecos o irregularidades que no es raro encontrar en ese tipo de grietas. Faltaba hasta la peligrosa ayuda de una piedra medio suelta encajada con dudosa seguridad entre las paredes de la hendidura. A todo esto hab\u00eda que a\u00f1adir una gran roca desplomada en la parte superior que hubiera precisado de un gran esfuerzo para superarla, justo cuando el escalador estaba m\u00e1s cansado." (p. 104)<\/p>\n

A lo largo de sus escaladas, Mummery desarrolla un juicio poco ortodoxo para su \u00e9poca y se propone subir siempre por la v\u00eda m\u00e1s dif\u00edcil porque "Cuando todo indica que por un lugar no se puede pasar, es necesario pasar. Se trata precisamente de eso". (p. 7)<\/p>\n

Hay un detalle que ilustra de manera muy n\u00edtida lo que quiere decir con esto. Burgener y \u00e9l hab\u00edan subido a la aguja de los Charmoz y estaban bajando. Estaban por poner una estaca de madera para colocar un rapel pero "…alguien se pregunt\u00f3 si los tacos de madera no eran algo parecido a doblar la rodilla ante Baal y si no ser\u00edan la primera parada en esas sendas de ruina en las que el arte del monta\u00f1ismo se confunde con el montaje de andamios. Ante esto, declaramos por unanimidad que los Charmoz no deber\u00edan ser violados por tacos de madera…" (p. 85)<\/p>\n

Pasados los a\u00f1os, Mummery plantear\u00eda una mentalidad m\u00e1s rigurosa a\u00fan: escalar sin gu\u00edas porque "hab\u00edamos aprendido una gran verdad: quienes desean disfrutar plenamente de los placeres del monta\u00f1ismo deben recorrer las altas nieves confiando s\u00f3lo en su propia pericia y conocimiento." (p. 86)<\/p>\n

Pero no s\u00f3lo eso, sino que "…las delicias de la escalada sin gu\u00edas… me han conducido a traici\u00f3n, me temo, a la mayor de las indiscreciones: a una confesi\u00f3n de fe." (p. 91)<\/p>\n

Esta fe le lleva a enfrentar los argumentos ortodoxos de la \u00e9poca y a plantear un tipo de monta\u00f1ismo en el que la cumbre no era el objeto principal, sino la v\u00eda por la que se subiera porque "…si la cumbre es lo \u00fanico que se desea, la v\u00eda m\u00e1s f\u00e1cil es, obviamente, el camino correcto." (p. 108)<\/p>\n

A\u00fan a finales del siglo XIX, nota c\u00f3mo el monta\u00f1ismo se va haciendo cada vez m\u00e1s popular y arremete contra la mediocridad en la que compara a los gu\u00edas de cuando \u00e9l comenzaba a los gu\u00edas de 1880, que se han limitado a repetir v\u00edas<\/p>\n

"…la repetici\u00f3n de una v\u00eda ya hecha, o hacerla en buenas condiciones bajo el estricto control de un gu\u00eda, no es algo que atraiga al aut\u00e9ntico monta\u00f1ero. El placer y el deleite que tiene por el deporte se derivan sobre todo de la incertidumbre y de las dificultades, y la funci\u00f3n de un gu\u00eda es precisamente eliminarlas." (p. 203)<\/p>\n

La actualidad de esta y m\u00e1s aseveraciones es impresionante y aunque tiene un estilo propio del siglo XIX tiene un gran sentido del humor en algunos pasajes:<\/p>\n

"Unos minutos m\u00e1s tarde est\u00e1bamos rodeados por el irreal y sobrenatural parpadeo de incontables fuegos fatuos…<\/p>\n

"Los gu\u00edas estaban horrorizados. Burgener me agarr\u00f3 el brazo y susurr\u00f3 con voz ronca: «Se\u00f1or. ¡las almas de los muertos!».<\/p>\n

"Est\u00e1bamos se\u00f1alados para la venganza de los dioses inmortales. Los demonios que rondaban los riscos del Cervino se estaban ya relamiendo sobre sus presas. Tal era el significado de los agonizantes gemidos de los gu\u00edas. Yo estoy dispuesto a confesar que esas llamas sinuosas y azuladas, el silencio absoluto y el contagio del miedo supersticioso de mis compa\u00f1eros me conmovieron con un horror instintivo. Sin embargo, yo percib\u00eda que si no \u00edbamos a regresar a Zermatt, confusos y vencidos por segunda vez, los encantos de una sesi\u00f3n de espiritismo deber\u00edan abandonarse a favor de una explicaci\u00f3n pr\u00e1ctica." (p. 30)<\/p>\n

Pero si se burlaba para s\u00ed (no ante los gu\u00edas) de este tipo de creencias, sus cr\u00edticas tambi\u00e9n son fuertes y no exentas de provocaciones:<\/p>\n

"Si bien el verdadero monta\u00f1ero es, sin duda, …la obra sublime de Dios<\/i>, una persona que sea izada a los picos a base de empujones propinados por campesinos suizos, y que se muestra tan incapaz de cuidarse a s\u00ed mismo que no puede ni siquiera dejarse sentado sin encordar sobre una pe\u00f1a, es un objeto tan menospreciable como pueda imaginarse… Es dif\u00edcil entender c\u00f3mo los hombres, que en otros departamentos de la vida no carecen de un sentimiento de dignidad personal pueden consentir que se les trate de esta manera." (p. 216-217)<\/p>\n

Libro que es un cl\u00e1sico escrito en 1885 y traducido por primera vez al espa\u00f1ol, <\/i>Escaladas en los Alpes<\/i> es una selecci\u00f3n de la obra de Mummery My climbs in the Alps and the Caucasus<\/i> y en \u00e9l se plasman las principales ideas de Mummery sobre el monta\u00f1ismo que a\u00fan son actuales y que evidencian la profundidad de su visi\u00f3n.<\/p>\n<\/div>\n

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\n Alfred Frederick Mummery es considerado el pionero del alpinismo moderno porque para él, lo más valioso no era llegar a la cumbre sino encontrar la vía de máxima dificultad. Sus ideas prevalecen y están bien arraigadas, aunque nadie sepa que fue Mummery quien las postuló y practicó primero. Escaladas en los Alpes es un extracto de su libro My climbs in the Alps and Caucasus<\/i>.<\/p>\n<\/td>\n

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