{"id":11431,"date":"2001-02-01T00:00:00","date_gmt":"2001-02-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11431"},"modified":"2012-02-23T13:50:48","modified_gmt":"2012-02-23T19:50:48","slug":"las_inescalables","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2001\/las_inescalables\/","title":{"rendered":"Las Inescalables"},"content":{"rendered":"
\n

La ma\u00f1ana es bastante soleada cuando Iseo Noyola y yo subimos por la rampa de nieve hacia la base de la pared de las Inescalables, en la Cabeza del Iztacc\u00edhuatl. Es noviembre de 1975. Hace cuatro a\u00f1os que conoc\u00ed desde lejos la pared y qued\u00e9 atado a ella. Ahora subo poco a poco con la intenci\u00f3n de escalarla. Las Inescalables… un nombre muy sugestivo, pero falso porque muchos han pasado por ella.<\/p>\n

El primer intento<\/b><\/p>\n

Hace un a\u00f1o hicimos nuestro primer intento. Nos hab\u00edamos preparado durante seis meses y subimos casi hasta la base para dormir en una preciosa cueva de hielo que ya no existe. Al d\u00eda siguiente, amaneci\u00f3 nublado y al poco rato comenz\u00f3 a nevar. Iseo, quien nunca ha querido esperar en un mismo sitio, decidi\u00f3 que baj\u00e1ramos. Su lema de siempre: “la monta\u00f1a no se ir\u00e1”.<\/p>\n

Entonces cont\u00e1bamos con un grupo de apoyo de doce personas que nos ayudar\u00edan en cualquier situaci\u00f3n comprometida. Ahora nadie nos acompa\u00f1a. Manuel Casanova y dos compa\u00f1eros m\u00e1s estar\u00e1n haciendo en estos momentos el recorrido del volc\u00e1n desde los Pies y esperan acampar esta noche all\u00e1 arriba para esperarnos. S\u00f3lo tenemos que ser h\u00e1biles y superar los noventa metros de roca todo lo aprisa que podamos para dormir con ellos o, si es necesario, dormir en la pared y llegar temprano a la cima. Nuestro equipo de apoyo…<\/p>\n

¿Escalada solitaria? <\/b><\/p>\n

\u2014No subo.<\/p>\n

Me quedo helado. Debe ser una broma. Iseo lleva puestos los \u00fanicos crampones que traemos y a\u00fan as\u00ed avanza despacio. Pero habla en serio.<\/p>\n

“No subo”, repite y la idea no cabe en mi mente. “\u00bfPorqu\u00e9?” Pero conozco la respuesta: no desea hacerlo. No es incapaz y preparaci\u00f3n no le falta, pero en este momento \u2014\u00e9l vive por momentos\u2014 no tiene antojo, llam\u00e9mosle as\u00ed, de escalar la pared. As\u00ed es \u00e9l. Mi vista se clava en la roca. El d\u00eda es precioso y no sabemos cu\u00e1ndo tendremos otra oportunidad como \u00e9sta. Mi compa\u00f1ero, que me conoce bien, me sugiere:<\/p>\n

\u2014”Sin embargo… una solitaria…”<\/p>\n

Sabe bien que ya he escalado solo en roca y en hielo, que incluso he abierto rutas de escalada en solitario all\u00e1 en la Coconetla… sabe, en fin, que quiero escalar esta pared, que si me lo propongo, puedo hacerlo sin su compa\u00f1\u00eda. Sin embargo, juntos hemos aprendido algo muy importante: si vamos dos, tenemos que regresar dos. Hemos aprendido a decir “no” a la monta\u00f1a, a ser compa\u00f1eros y no solamente escaladores, algo tal vez m\u00e1s dif\u00edcil que el mismo conquistar cumbres.<\/p>\n

Y los dos bajamos.<\/p>\n

Cuando salimos de la zona nevada, a unos cuantos minutos del refugio del Teyotl, no puedo contener el comentario: <\/p>\n

\u2014Este maldito gusano!<\/p>\n

Iseo voltea, observa el cielo, la pared y luego el brillo de mis ojos…<\/p>\n

\u2014¿Siempre s\u00ed?<\/p>\n

\u2014Los crampones est\u00e1n a la medida de tus botas y a m\u00ed no me quedan.<\/p>\n

Hombre pr\u00e1ctico, los arregla con un abrelatas mientras yo selecciono el equipo que voy a usar y, una hora despu\u00e9s, estoy nuevamente en la pendiente nevada.<\/p>\n

\n

El inicio<\/b><\/p>\n

Todo ha cambiado. Por supuesto, tengo tiempo de arrepentirme y regresar al refugio, pero esa idea no cruza por mi mente. S\u00f3lo pienso en las soluciones a los problemas t\u00e9cnicos, en lo que voy a hacer en la pared yo solo. Regresar es algo que no viene a m\u00ed.<\/p>\n

A las dos de la tarde, tras haber escalado una peque\u00f1a pared de hielo, llego a la base de la pared. Me refugio en la peque\u00f1a cueva para comer y beber agua. Con mi peque\u00f1a estufa de alcohol derrito m\u00e1s nieve para llenar la cantimplora, pues en la vertical no habr\u00e1 manera de conseguirla y es seguro que tendr\u00e9 sed, la sed t\u00edpica de alta monta\u00f1a. Media hora despu\u00e9s comienzo a escalar. Subo el primer tramo sin la mochila. Ya la recuperar\u00e9 desde arriba.<\/p>\n

El a\u00f1o pasado, despu\u00e9s que ambos bajamos al refugio en medio de la nevada, el tiempo mejor\u00f3 y otra cordada subi\u00f3 en nuestro lugar. Sin preparaci\u00f3n, sin equipo de apoyo. Mientras los dem\u00e1s regresaban a M\u00e9xico, yo los esperaba en el refugio. Pero como no pod\u00eda estarme quieto, ascend\u00ed nuevamente hacia la pared, para saber qu\u00e9 estaban haciendo. Hacia las tres, las nubes anunciaban una tormenta poco com\u00fan y sub\u00ed este mismo primer tramo sin cuerda para ayudarles a bajar todas las cosas que llevaban.<\/p>\n

As\u00ed que ahora me es f\u00e1cil trepar por la pared. Recupero la mochila a fuerza de brazos y cuando la tengo conmigo la dejo en un clavo. Una vez superado el tramo que ya conozco, mi siguiente problema a resolver es mi autoseguro. \u00bfDe qu\u00e9 manera puedo avanzar r\u00e1pidamente y con seguridad? En la cuerda hago los suficientes nudos hasta que llego a tener tres seguros al mismo tiempo, mas uno extra que se ha de estar moviendo continuamente; en total cuatro. Hay otro punto importante a mencionar: a partir de aqu\u00ed, la escalada es artificial, con un desplome que se extiende por seis metros y luego… luego no s\u00e9, porque no alcanzo a distinguir. Adem\u00e1s, la manera de autoasegurarme me deja totalmente libre y todo lo he de hacer a fuerza de equilibrio, sin tensi\u00f3n en la cuerda. Ser\u00e1 pesado.<\/p>\n

Problemas<\/b><\/p>\n

Por otro lado, es tarde y necesito llegar a un lugar donde pueda dormir. La ruta misma me facilita todo pues los clavos est\u00e1n ya colocados y no tengo necesidad de colocar ninguno. Un par de veces golpeo a los que no considero seguros. Despu\u00e9s del desplome sigue un tramo que asciendo en libre para llegar a otro artificial. El mecanismo ha sido sencillo y todo se ha reducido a una mera acci\u00f3n mec\u00e1nica de cambiar mis seguros de posici\u00f3n. Pero mi mente no est\u00e1 quieta. Al principio cantaba mentalmente, luego comenc\u00e9 a recodar una caricatura, ahora estoy tratando de resolver problemas matem\u00e1ticos…<\/p>\n

Pronto se termina la escalada artificial y debo seguir libre. Pero a los pocos metros algo me atora. La mochila. En la euforia de la rapidez, se me olvid\u00f3 la reducida longitud de la cuerda con la que he de recuperarla. Subo un metro m\u00e1s hasta una clavija y me aseguro para subirla. Estoy en una diminuta repisa de 20 cent\u00edmetros donde s\u00f3lo caben los pies.<\/p>\n

Desde ah\u00ed, sin la valiosa ayuda del seguro mec\u00e1nico con el que podr\u00eda descansar los brazos, elevo la mochila. Una, dos, tres, cuatro brazadas y tengo que descansar.<\/p>\n

Caramba, nunca pens\u00e9 en el peso. Es algo que debo tener muy en cuenta en el futuro. <\/i><\/p>\n

Repito el proceso una y otra vez hasta que llega conmigo. Entonces la pongo al clavo y relajo los brazos y las manos.<\/p>\n

Estoy cansado. He superado el nivel donde cre\u00ed encontrar una repisa para dormir y no la he hallado. Descanso. Acomodo mi equipo para que no me vuelva a dar un calambre como el de hace rato, cuando sub\u00eda a viva fuerza la mochila. Descanso. Pero el descanso del solitario puede ser una trampa. Hace horas que todo est\u00e1 nublado y a veces escucho voces.<\/p>\n

¿O las imagino? <\/i><\/p>\n

\n

En busca de un vivac<\/b><\/p>\n

Tiempo…<\/i><\/p>\n

Tiempo es algo de lo que no dispongo.<\/p>\n

Contin\u00fao escalando artificial. Esta vez se trata de otro desplome y, curiosamente, los clavos est\u00e1n m\u00e1s separados, as\u00ed que mi m\u00e9todo de ascenso se complica porque con un brazo hago la tensi\u00f3n necesaria en la cuerda mientras subo al \u00faltimo escal\u00f3n de mis estribos para alcanzar el siguiente anclaje. Es dif\u00edcil avanzar as\u00ed.<\/p>\n

A la salida del desplome, coloco dos anclajes que me permiten recuperar la mochila. Me la pongo a la espalda y subo a una repisa que no es lo suficientemente grande. Arriba hay otra mayor. En ella cabr\u00edan seis personas c\u00f3modamente instaladas, pero tiene un grave inconveniente: una estalactita de hielo de proporciones gigantescas (ser\u00e1n unos diez metros) me ha inquietado desde el inicio de la escalada. Parece que toda la ruta se hubiera trazado con el objetivo de alcanzarla. Y justo la repisa en la que estoy es la que est\u00e1 directamente bajo ella. La presencia de gran cantidad de rocas peque\u00f1as y medianas es evidencia m\u00e1s que suficiente para estar en este lugar s\u00f3lo el tiempo estrictamente necesario.<\/p>\n

<\/p>\n

Son las seis de la tarde y debo seguir escalando. Dejo nuevamente la mochila y avanzo hacia la derecha. Ah\u00ed, un poco arriba hay una peque\u00f1a repisa de 60 cent\u00edmetros de ancho por tres de largo. Para llegar a ella es necesario pasar un desplome… libre. No lo dudo. El lugar es perfecto porque el mismo desplome que hace problem\u00e1tica la llegada la protege totalmente de cualquier ca\u00edda de rocas. No tengo que perder un minuto.<\/p>\n

Oscurece. Fijo la cuerda y regreso por la mochila. Las maniobras de regreso a la repisa son m\u00e1s dif\u00edciles porque es necesario un buen equilibrio para no caer por el peso de la mochila. Adem\u00e1s, estoy cansado. Son las siete y cuarenta y llego en medio de la noche a la repisa. Debo apresurarme porque Iseo espera se\u00f1ales m\u00edas desde las siete. El primer paso es repartir el equipo en el peque\u00f1o espacio de que dispongo. La mochila, arriba… equipo y comida en el peque\u00f1o nicho entre las rocas.<\/p>\n

Sale a relucir la ropa extra y mi bolsa de dormir. Pero lo m\u00e1s importante por el momento son las se\u00f1ales. Son las ocho y media. Enciendo una vela que est\u00e1 forrada de papel; la combinaci\u00f3n produce mucha luz, pero se consume con mayor rapidez. Si Iseo est\u00e1 viendo hacia ac\u00e1 Â?y s\u00e9 que lo est\u00e1 haciendoÂ? ver\u00e1 la luz agrandada en la pared.<\/p>\n

Mientras ceno admiro el paisaje. He estado solo en el Abanico, all\u00e1 en el Popocat\u00e9petl, y aunque la pared es m\u00e1s grande, m\u00e1s impresionante, el espect\u00e1culo esc\u00e9nico es mucho mejor en las Inescalables. Todav\u00eda se me hace dif\u00edcil creerlo: hace cuatro a\u00f1os vi esta pared y en mi inquieta imaginaci\u00f3n me vi a m\u00ed mismo subiendo solo por aqu\u00ed. Pues bien, ahora lo estoy haciendo.<\/p>\n

\u2014¿Quiere decir esto que me puedo fijar una meta m\u00e1s alta a\u00fan? Seguro, pero, ¿cu\u00e1l? ¿El Abanico? ¿El Capit\u00e1n?, ¿El Everest?<\/i><\/p>\n

Insomnio<\/b><\/p>\n

Por la noche despierto. No s\u00e9 qu\u00e9 hora es. La luna ha salido y tiene algo de maravilloso ahora. Ilumina con su luz mortecina la pendiente nevada y los corredores que, en combinaci\u00f3n con la pared, la altura a que estoy y la ciudad iluminada, hacen un espect\u00e1culo formidable. No puedo dormir. Aunque el arn\u00e9s me molesta, no debo quit\u00e1rmelo.<\/p>\n

Me muevo hacia un lado y hacia el otro, pero no puedo dormir.<\/p>\n

¡Vaya! ¿Porqu\u00e9 no? ¿Acaso no est\u00e1s cansado? <\/i><\/p>\n

Dormito a ratos y el tiempo pasa. A lo lejos veo una mancha que no atino a saber qu\u00e9 es. Pienso en muchas cosas. Iseo debe tener mucha sed porque no tiene cantimplora.<\/p>\n

Caramba con el muchacho. La que estar\u00edamos gozando ahora \u00bfHabr\u00e1n llegado Manuel y los dem\u00e1s a la Cabeza? Ten\u00edan m\u00e1s ganas de acampar en el Pecho. S\u00ed, pero me gustar\u00eda que estuviesen aqu\u00ed arriba. <\/i><\/p>\n

Pienso en todo, menos en el tiempo. Me gustar\u00eda escribir todo lo que pienso, pero no me muevo.<\/p>\n

Amanece. <\/i><\/p>\n

Pero no pienso moverme hasta que el sol llegue a m\u00ed. Descubro con sorpresa que la mancha que ve\u00eda anoche es, ni m\u00e1s ni menos, que el Pico de Orizaba. \u00a1Cu\u00e1nta claridad en el cielo!, \u00a1 cu\u00e1nto brillo el de la luna! De repente mi mente queda en blanco y trato de adivinar por donde saldr\u00e1 el sol.<\/p>\n

Un poco a la derecha.<\/i><\/p>\n

Pero fallo.<\/p>\n

\u00a1El sol! <\/i><\/p>\n

Comienza a calentarme y salgo de mi bolsa de dormir. No tengo espacio, tiempo ni energ\u00eda para acomodar con precisi\u00f3n el equipo en la mochila y termino por meterlo en desorden. Ya despu\u00e9s lo arreglar\u00e9.<\/p>\n

Tomo cinco tragos de t\u00e9. Los \u00faltimos. Despu\u00e9s observo el final: una grieta que parece estar en desplome y ser\u00e1 con toda seguridad, lo m\u00e1s dif\u00edcil de la ruta. Inexplicablemente, al volver a observar con detalle la roca y los problemas que presenta, el cansancio se ha desvanecido o, mejor dicho, no lo recuerdo.<\/p>\n

El \u00faltimo problema<\/b><\/p>\n

Veo hacia abajo. Me parece curioso no tener miedo. Todo me parece hermoso y sencillo. Pero s\u00e9 que debo tener cuidado pues no tener miedo es m\u00e1s peligroso que llevarlo consigo.<\/p>\n

Me pongo la mochila y subo hacia la grieta, al \u00faltimo problema que presenta la pared. Al acercarme veo algo que me alegra: lo que promet\u00eda ser un dif\u00edcil encuentro entre monta\u00f1a y hombre, ser\u00e1 s\u00f3lo un saludo: la grieta es tan amplia en su parte baja que puedo pasar por en medio de ella. Me acomodo dentro y dejo la mochila para escalar la chimenea que est\u00e1 recubierta de hielo cristalino que me hace resbalar varias veces. Al final de ella veo la pendiente de nieve que lleva a la cumbre.<\/p>\n

Recupero la mochila, me calzo los crampones y guardo el resto del equipo. No m\u00e1s roca. Ahora se trata de caminar sobre la nieve hasta la cima. Estoy cansado por la noche en vela, por la escalada misma.<\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 estar\u00e1 haciendo Iseo? <\/i><\/p>\n

La subida es pesada. Si Manuel, Crist\u00f3bal y Juan acamparon anoche en la Cabeza, me bastar\u00eda un grito para que me ayudaran, se acabar\u00edan las dificultades.<\/p>\n

\u00bfDesistir en lo m\u00e1s f\u00e1cil? No. Debo llegar solo. <\/i><\/p>\n

Cada diez pasos me detengo a descansar. En dos ocasiones hago alto para acomodarme los crampones.<\/p>\n

Una arista. <\/i><\/p>\n

La adivino, la pienso primero por la luz que se difunde en su orilla: un magn\u00edfico contraluz. Despu\u00e9s, la sigo. Me pongo los gogles y encuentro huellas en esta pendiente pronunciada.<\/p>\n

\u00bfHuellas? \u00bfEscaladores? Imposible, no vi a nadie en la pared. \u00bfEfecto del viento? Tal vez. <\/i><\/p>\n

Lo \u00fanico que me importa es que, pis\u00e1ndolas, me hundo menos, me canso menos.<\/p>\n

<\/p>\n

La cumbre<\/b><\/p>\n

Finalmente llego a la cumbre. Se presenta as\u00ed, de repente. Es el espect\u00e1culo m\u00e1s grandioso que haya podido imaginar. Todas mis escaladas en solitario se unen a esta porque me han sido de gran utilidad. El Pecho luce brillante, tan brillante que parece dif\u00edcil creer que exista la noche.<\/p>\n

La Arista de la Luz me indicar\u00e1 el camino de bajada hacia el Cuello… La bajada. \u00bfY si no han llegado los muchachos? <\/i><\/p>\n

Camino por la planicie hacia el Cuello y al dar vuelta a una roca distingo algo. Instintivamente rechazo la visi\u00f3n. \u00a1Cu\u00e1ntas veces he imaginado lugares y personas estando solo! Pero est\u00e1 ah\u00ed. Una tienda de campa\u00f1a. Aparecen dos personas y les silbo.<\/p>\n

Son ellos… <\/i><\/p>\n

Se acercan a m\u00ed, que ya me he dejado caer en la nieve. Estoy agotado, m\u00e1s psicol\u00f3gica que f\u00edsicamente. Manuel, sorprendido por mi presencia solitaria y temiendo lo peor, me pregunta:<\/p>\n

\u2014\u00bfD\u00f3nde est\u00e1 Iseo?<\/p>\n

\u2014Se qued\u00f3 en el Teyotl.<\/p>\n

Tiene que repetirme la pregunta y yo la respuesta para que me mire incr\u00e9dulo y pregunta:<\/p>\n

\u2014\u00bfTe la echaste solo?<\/p>\n

\u2014S\u00ed… \u00bfNo tienen agua? Tengo mucha sed.<\/p>\n

Me felicitan, me quitan el equipo, la mochila, el arn\u00e9s. Manuel me toma fotos desde todos los \u00e1ngulos. Siento algo que no puedo describir: alegr\u00eda, victoria y felicidad mezcladas con derrota, tristeza y una sensaci\u00f3n de vac\u00edo muy grande. Todas juntas y de golpe. Me hubiera gustado compartir esto con Iseo. Es agradable sentirse rodeado de amigos.<\/p>\n

En el refugio de Glaciares Orientales encontramos a Iseo, mi gran compa\u00f1ero de cordada. No sabe qu\u00e9 hacer. Por otro lado, entre nosotros existe tanta comunicaci\u00f3n no verbal que no hace falta saber lo que quiere decir. Finalmente me da su mano y dice con mucha emoci\u00f3n: <\/p>\n

\u2014\u00a1Mucho!<\/p>\n<\/p><\/div>\n

<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
El actual grupo de montañismo de la UNAM comenzó con seis miembros fundadores. Era 1971. El único objetivo definido era salir de excursión de una manera organizada. Durante mucho tiempo se careció de planes futuros y por eso, su evolución recayó muchas veces en el desarrollo de personas aisladas. El ascenso a las Inescalables en solitario por Carlos Rangel marcó el inicio de la primera etapa técnica del grupo. <\/div>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1001,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1005],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-2Yn","_links":{"self":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11431"}],"collection":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1001"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11431"}],"version-history":[{"count":3,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11431\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":16446,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11431\/revisions\/16446"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11431"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11431"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11431"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}