{"id":11380,"date":"2002-12-15T00:00:00","date_gmt":"2002-12-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11380"},"modified":"2012-11-20T20:19:27","modified_gmt":"2012-11-21T02:19:27","slug":"los_tres_ultimos_problemas_de_los_alpes","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2002\/los_tres_ultimos_problemas_de_los_alpes\/","title":{"rendered":"Los tres \u00faltimos problemas de los Alpes"},"content":{"rendered":"
Anderl Heckmair. Los tres \u00faltimos problemas de los Alpes<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 2002. 134 p\u00e1ginas. ISBN: 84-95760-58-4<\/p>\n Sin Heckmair el intento de conquista de la norte del Eiger habr\u00eda fracasado, igual que hab\u00edan fracasado los intentos anteriores<\/i><\/p>\n Reinhold Messner<\/p>\n <\/p>\n La juventud no puede contentarse con seguir las huellas de sus mayores: quiere elevarse m\u00e1s a\u00fan… lo primordial para ella es el sentimiento de su libertad y poner a prueba sus fuerzas intactas. Sin embargo, se trata de las tres caras norte que a\u00fan no hab\u00edan sido ascendidas hasta entonces: el Cervino, las Grandes Jorasses y el Eiger. Anderl Heckmair, alpinista de Munich comienza a incursionar en la monta\u00f1a por la grave crisis econ\u00f3mica de 1928 y pronto descubre algo que le motiva enormemente:<\/p>\n “Un anochecer, en el Stripsenjoch, est\u00e1bamos hablando de nuestras escaladas mientras tom\u00e1bamos el t\u00e9, la conversaci\u00f3n vers\u00f3 sobre los \u00faltimos grandes problemas… De pura excitaci\u00f3n, aquella noche no pensamos ni en dormir, y al amanecer nuestra decisi\u00f3n estaba tomada: alguna de aquellas paredes deb\u00eda ser nuestra.” (p. 17)<\/p>\n Elige la cara norte de las Grandes Jorasses y de esta manera entra en lo que es la gran carrera por ascender los “tres \u00faltimos problemas”. Poco despu\u00e9s, los hermanos Toni y Franz Schmidt logran ascender la cara norte del Cervino (1931) y Heckmair, fracturado de un tobillo, ve que cara norte de las Jorasses son ascendidas por Rudel Peters y Mart\u00edn Maier (1935). Un amigo le comenta:<\/p>\n “\u2014¿Qu\u00e9 edad tienes? Sin embargo, para Heckmair, quedaba el “\u00faltimo gran problema de los Alpes”: la Eigerwand [pared del Eiger]. Conocida por los alpinistas y quienes no lo son, la Eigerwand ha sido ya intentada en ocasiones anteriores y la mayor\u00eda de quienes lo hicieron murieron en la pared. Para 1938, Heickmair y Wiggerl V\u00f6rg (que hab\u00eda sido, junto con Hias Rebitsch, la primera cordada en bajar viva de un intento a la Eigerwand) hab\u00edan comprendido que el Eiger deb\u00eda tratarse de otra forma:<\/p>\n “En nuestras tentativas anteriores hab\u00edamos dado por descontado que la Eigerwand deb\u00eda ser considerada como una pared rocosa, dividida por zonas de hielo, pero ahora nuestra concepci\u00f3n de esta escalada hab\u00eda cambiado; hemos llegado a la conclusi\u00f3n de que es, ante todo, una muralla de hielo a la que se a\u00f1aden dificultades de una pared rocosa. Debemos, por lo tanto, adaptar nuestro equipo a nuestro nuevo modo de pensar.” (p. 64)<\/p>\n La historia de las tentativas y de la primera ascensi\u00f3n son relatadas ampliamente y el resultado es uno: un libro bastante \u00e1gil que puede ser le\u00eddo en muy poco tiempo. Parecer\u00eda que a Heckmair no le interesa en absoluto el Cervino, pues toda la informaci\u00f3n que proporciona del primer ascenso de la norte es muy escueta; en cambio, tanto el Eiger como las Jorasses, son tratadas ampliamente.<\/p>\n Llama la atenci\u00f3n la descripci\u00f3n de su equipo y, si uno de fija con atenci\u00f3n en las fotograf\u00edas, se pueden descubrir much\u00edsimos detalles que arrojan luz sobre la forma en que la cordada de Heckmair y V\u00f6rg, unida a la de Heinrich Harrer y Frtiz Kasparek, enfrentan una pared de 1,800 metros: con piolets largos de madera (aunque uno de ellos se le denomine “corto”), sin la ropa especial de ahora, con mochilas de 20 kilos cada una… De esta forma llegan a la cumbre:<\/p>\n “El hielo se pega a los crampones. Los pies se insensibilizan. Pero estamos fuera de la pared, hemos vencido, y lo dem\u00e1s importa poco. No era as\u00ed como imagin\u00e1bamos nuestra llegada a la cumbre del Eiger, despu\u00e9s de haber resuelto el \u00faltimo de los grandes problemas de los Alpes. Cre\u00edamos que el entusiasmo nos har\u00eda dar volteretas y otras locuras por el estilo, pero en aquel momento nadie pens\u00f3 en eso. Se trataba de volver a bajar en medio de la tormenta.” (p. 107-108)\n
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\n Quiz\u00e1 sea el libro m\u00e1s famoso despu\u00e9s de Annapurna, primer ocho mil<\/i>, y de La Conquista del Everest<\/i>. Es uno de los grandes cl\u00e1sicos y casi no necesita presentaci\u00f3n, salvo para las nuevas generaciones. Quiz\u00e1 para ellos no sea tan importante asomarse a un t\u00edtulo como “Los tres \u00faltimos problemas de los Alpes” porque la mentalidad ha cambiado: siempre se encuentran nuevos problemas y cada vez m\u00e1s dif\u00edciles.<\/p>\n
“\u2014Cumplir\u00e9 treinta el a\u00f1o pr\u00f3ximo.
“\u2014Entonces ya puedes «cortarte la coleta». Abandona la escalada y b\u00fascate otra profesi\u00f3n.” (p. 38)<\/p>\n
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