{"id":11326,"date":"2001-05-15T00:00:00","date_gmt":"2001-05-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11326"},"modified":"2012-12-25T12:00:21","modified_gmt":"2012-12-25T18:00:21","slug":"fisiologia_del_hombre_en_el_desierto","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2001\/fisiologia_del_hombre_en_el_desierto\/","title":{"rendered":"Fisiolog\u00eda del hombre en el desierto"},"content":{"rendered":"
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Resumen<\/b><\/p>\n

El hombre es un excelente regulador de la temperatura que puede disipar calor por sudoraci\u00f3n a una tasa de m\u00e1s de diez veces de la de su tasa metab\u00f3lica en reposo. Las tasas de sudoraci\u00f3n pueden ser tan altas como 12 litros por d\u00eda y, en periodos cortos, 3 litros o m\u00e1s por hora.<\/p>\n

Un problema de las tasas altas de sudoraci\u00f3n es el peligro de la depleci\u00f3n de la sal. El sudor contiene una cantidad variable de cloruro de sodio, pero siempre suficiente para causar una considerable p\u00e9rdida de sal cuando el sudor es producido en grandes cantidades. Los s\u00edntomas m\u00e1s obvios, calambres severos y dolorosos, ocurren cuando se bebe agua para reemplazar la p\u00e9rdida, diluyendo los fluidos corporales. Por lo tanto, es necesario un consumo relativamente alto de cloruro de sodio.<\/p>\n

La necesidad de agua se manifiesta como sed y una urgencia de beber. Caracter\u00edsticamente, el hombre no bebe lo suficiente como para recuperar la p\u00e9rdida, aun cuando haya suficiente agua. As\u00ed incurre en una deshidrataci\u00f3n voluntaria que durante el d\u00eda en el desierto alcanza frecuentemente de 3 a 5 por ciento de su peso corporal. La tendencia es recuperar el d\u00e9ficit durante las comidas. El hombre no puede beber de una sola vez m\u00e1s de un litro de l\u00edquido, aproximadamente.<\/p>\n

Mientras el cuerpo pierde agua, el volumen de orina se reduce a un valor m\u00ednimo de algo menos de medio litro por d\u00eda. La funci\u00f3n renal contin\u00faa en este nivel hasta que se alcanzan estadios severos de deshidrataci\u00f3n. Conforme progresa la deshidrataci\u00f3n hay un signo considerable de falla circulatoria. El volumen de plasma se reduce m\u00e1s que su parte proporcional en la p\u00e9rdida total de agua y en consecuencia la viscosidad de la sangre se incrementa. El pulso se incrementa y el volumen por latido del coraz\u00f3n se reduce, pero el rendimiento cardiaco permanece igual.<\/p>\n

Cuando la deshidrataci\u00f3n llega a ser m\u00e1s severa en un ambiente caliente, el calor metab\u00f3lico no es llevado lo suficientemente r\u00e1pido a la piel por la sangre circulante. Aunque la sudoraci\u00f3n contin\u00fae y la piel sea fresca, la temperatura m\u00e1s profunda aumenta r\u00e1pida o explosivamente. A este estadio de deshidrataci\u00f3n, la muerte en un ambiente caliente es causada por un aumento explosivo de temperatura mientras la temperatura corporal alcanza r\u00e1pidamente el l\u00edmite fatal de 41º y 42º C.<\/p>\n

El hombre no puede almacenar agua y, si acaso, tiene poca habilidad para ser entrenado a usar menos agua en el desierto. La necesidad de agua es regida por la necesidad de disipaci\u00f3n de calor. El uso de ropa, dentro de ciertos l\u00edmites, reduce el gasto de agua cuando act\u00faa como una barrera aislante contra el flujo de calor desde el medio hacia la superficie de la piel.<\/p>\n

Introducci\u00f3n<\/b><\/p>\n

Los desiertos del mundo son hostiles al hombre pero tienen una vida animal m\u00e1s rica de lo que usualmente imaginamos. Se estima que entre uno y dos quintos de la superficie de la Tierra es desierto. En vastas \u00e1reas de estas tierras \u00e1ridas no hay agua permanente y pueden pasar muchos a\u00f1os entre una lluvia y otra. Aunque el hombre puede penetrar y algunas veces prosperar en los desiertos, puede hacerlo por sus adaptaciones culturales ?depende del agua que lleve con \u00e9l u obtenga por excavaci\u00f3n o perforaci\u00f3n?. Es nuestra cultura tecnol\u00f3gica, no nuestra fisiolog\u00eda, la que nos permite vivir ah\u00ed. Sin suministro de agua, el hombre puede vivir un d\u00eda, o cuando m\u00e1s dos, en un desierto caliente. A\u00fan los m\u00e1s primitivos de los hombres vivientes, los abor\u00edgenes de la Edad de Piedra de Australia Central, dependen del agua. No tiene agricultura y vive de la tierra \u00e1rida como cazador y recolector. Ocasionalmente obtiene algo de agua cavando en algunos lugares, pero las fuentes y charcos permanentes limitan el rango de sus amplios viajes.<\/p>\n

A\u00fan en estos mismos desiertos, y en todos los desiertos del mundo, encontramos una variedad de animales que parecen pasarla bien en condiciones demasiado adversas al hombre.<\/p>\n

El calor del desierto. Este no es el lugar para revisar los extremos del clima des\u00e9rtico. Es suficiente mencionar que las temperaturas del aire en un d\u00eda de verano est\u00e1n frecuentemente entre 40 y 45ª C, y han sido reportadas temperaturas extremas del aire entre 55º y 60º C en varias localidades des\u00e9rticas tanto del Viejo como del Nuevo Mundos.<\/p>\n

El efecto de la alta temperatura del aire es intensificado por la radiaci\u00f3n solar. La baja humedad atmosf\u00e9rica y la ausencia de nubes en el desierto permiten alcanzar el suelo a una alta proporci\u00f3n de radiaci\u00f3n solar, tanto en el rango visible como en el infrarrojo. Adem\u00e1s, parte de la radiaci\u00f3n solar es dispersada y reflejada desde el suelo. Por otro lado, el suelo, que se calienta r\u00e1pidamente, se convierte en un radiador por s\u00ed mismo. Frecuentemente, el suelo tiene una temperatura superficial de 60º o 70º C. En el Sahara, en junio, la superficie de la arena llega a ser tan caliente que uno no puede caminar en las dunas con sandalias abiertas porque la arena caliente se mete entre los dedos. Amigos \u00e1rabes me dijeron que si su camino pasaba a trav\u00e9s de las dunas durante un viaje de verano o de caza, proteg\u00edan sus pies con calzado de lana. La radiaci\u00f3n calor\u00edfica desde el suelo es apreciable, pero la carga combinada de aire, sol y suelo pueden ser tan grandes que excedan por un factor de diez el calor metab\u00f3lico producido por un hombre.<\/p>\n

En las noches la temperatura cae r\u00e1pidamente y puede ser encarnizadamente fr\u00eda. Una diferencia de 30º C entre d\u00eda y noche no es, probablemente, inusual, mientras que el los h\u00famedos tr\u00f3picos las temperaturas de d\u00eda y noche difieren por no m\u00e1s de unos pocos grados.<\/p>\n

La raz\u00f3n principal de las fluctuaciones extremas de la temperatura en el desierto es la baja humedad. La radiaci\u00f3n solar durante el d\u00eda no tiene obst\u00e1culos, el suelo tiene una baja capacidad calor\u00edfica debido a la ausencia de agua de las capas superficiales, la conducci\u00f3n del calor a las capas m\u00e1s profundas es lenta porque el aire aislante ha reemplazado al agua, mejor conductora, y ning\u00fan calor es removido por la evaporaci\u00f3n de agua de la superficie. En la noche, las condiciones inversas prevalecen. La radiaci\u00f3n al cielo despejado es alta y el calor del suelo se pierde r\u00e1pidamente. Debido a la brusca ca\u00edda de la temperatura, el punto de roc\u00edo se alcanza raramente porque la humedad atmosf\u00e9rica es muy baja y en verano rara vez se forma roc\u00edo. Los muchos reportes que describen la excesiva formaci\u00f3n de humedad en el desierto son durante el invierno, el tiempo preferido para la mayor\u00eda de los viajes en el desierto.<\/p>\n

Mantenerse fresco y vivo<\/b><\/p>\n

El hombre es un excelente regulador de la temperatura. En un clima normal, pierde calor de su cuerpo a la misma velocidad con la que lo forma y por lo tanto la temperatura del cuerpo permanece muy constante. De d\u00eda a d\u00eda y de a\u00f1o en a\u00f1o la temperatura del cuerpo var\u00eda cuando m\u00e1s por unos pocos grados, lo que significa que la p\u00e9rdida de calor iguala muy cercanamente a la ganancia: permanecemos en un balance calor\u00edfico. En medios muy fr\u00edos tendemos a perder calor m\u00e1s r\u00e1pidamente y si no permanecemos en nuestro propio clima artificial privado, podemos protegernos con ropa o producir m\u00e1s calor al temblar.<\/p>\n

Por otro lado, en un medio caliente, tal como el desierto en un d\u00eda de verano, mantenerse fresco llega a ser un verdadero problema. Nuestro cuerpo tiende a adquirir calor, tanto del medio circundante como de su propia producci\u00f3n metab\u00f3lica. A menos que sea posible escapar, el \u00fanico medio del hombre para prevenir una elevaci\u00f3n en la temperatura corporal es ser enfriado por evaporaci\u00f3n.<\/p>\n

La habilidad del hombre para tolerar temperaturas altas que la de su propio cuerpo fue demostrada dram\u00e1ticamente hace 200 a\u00f1os por el Dr. Blagden, entonces secretario de la Royal Society. Con unos amigos, entr\u00f3 en una habitaci\u00f3n a 260º F (o 126º C) y permaneci\u00f3 ah\u00ed por ¾ de hora. Un filete que llev\u00f3 con \u00e9l termin\u00f3 cocinado, pero un perro, que se mantuvo en una canasta para prevenir que sus patas se quemaran, no fue afectado. Esta demostraci\u00f3n simple pero impresionante mostr\u00f3 que tanto el hombre como el perro pueden mantenerse frescos bajo condiciones muy calientes. Tambi\u00e9n muestra otra cosa: que la disipaci\u00f3n de calor depende de la evaporaci\u00f3n de agua. Una taza de agua que fue cubierta por aceite para prevenir su evaporaci\u00f3n fue puesta a calentar hasta hervir, mientras que el agua con una superficie libre permaneci\u00f3 m\u00e1s fresca, y si el aire se cargaba de humedad por s\u00f3lo poner agua en el suelo caliente, era imposible permanecer en la habitaci\u00f3n.<\/p>\n

Evaporaci\u00f3n del agua<\/b><\/p>\n

Si un hombre est\u00e1 en un medio m\u00e1s caliente que su cuerpo, el calor debe moverse desde las cercan\u00edas c\u00e1lidas hasta el cuerpo fresco. En un d\u00eda des\u00e9rtico caliente, por lo tanto, debe disipar por evaporaci\u00f3n de agua el calor ganado del medio tanto como su propio calor metab\u00f3lico. Algo de agua se evapora del tracto respiratorio, pero la mayor parte aparece como sudor en la superficie del cuerpo.<\/p>\n

Para prop\u00f3sitos de balance cal\u00f3rico, no importa de donde se evapora el agua. Si un gramo de agua se convierte de agua a vapor, rinde aproximadamente 580 calor\u00edas de calor.<\/p>\n

La raz\u00f3n de que no pueda darse una cifra precisa para el calor de la vaporizaci\u00f3n del agua es que esta cifra cambia con la temperatura. A 33º C el calor de la vaporizaci\u00f3n del agua es 544 calor\u00edas, mientras que en el punto de ebullici\u00f3n del agua, a 100º C, es de s\u00f3lo 498 calor\u00edas. Esto, sin embargo, no es la historia completa. El agua es vaporizada a la temperatura de la superficie de la piel y una peque\u00f1a correcci\u00f3n debe ser aplicada para el cambio de la temperatura del vapora la del aire. M\u00e1s importante es el hecho de que el vapor se expande mientras se difunde en el aire seco y que cualquier expansi\u00f3n de un gas disminuye su temperatura. Consecuentemente, en un aire seco, se pierde calor adicional por la expansi\u00f3n del vapor de agua y el calor de vaporizaci\u00f3n efectivo excede el valor que podemos mirar en una tabla.<\/p>\n

La medici\u00f3n precisa del calor de evaporaci\u00f3n es importante para una estimaci\u00f3n adecuada del balance calor\u00edfico en el hombre bajo condiciones de laboratorio cuidadosamente controladas. Por otro lado, en condiciones naturales, es casi imposible establecer a qu\u00e9 grado el calor de la expansi\u00f3n beneficia al organismo y para prop\u00f3sitos pr\u00e1cticos, usaremos el valor de 580 calor\u00edas por gramo de agua.<\/p>\n

Tasas de sudoraci\u00f3n<\/b><\/p>\n

En el aire seco del desierto, el sudor se evapora tan r\u00e1pidamente como se forma, la piel permanece virtualmente seca y somos incapaces de percibir que las gl\u00e1ndulas sudor\u00edparas est\u00e1n activas. Sin embargo, las tasas de sudoraci\u00f3n en el hombre son sorprendentemente altas. La habilidad de sudar se incremente con exposiciones repetidas a altas temperaturas y las tasas m\u00e1s altas de sudoraci\u00f3n son alcanzadas s\u00f3lo por hombre aclimatados por una prolongada exposici\u00f3n a calores altos. Durante un d\u00eda realmente caliente en el desierto se pueden producir hasta 12 litros de sudor, lo que da una tasa aproximada de un litro por hora.<\/p>\n

Por supuesto, no siempre se suda de esta forma. Ladell observ\u00f3 tasas de sudoraci\u00f3n de aproximadamente 0.5 litros por hora en Arabia; los trabajos de Adolph y Dill en Nevada arrojaron una tasa m\u00e1xima de sudoraci\u00f3n en seis personas que variaban de 1.3 a 1.7 litros por hora con un promedio de 15. litros.<\/p>\n

Esto no significa la capacidad m\u00e1xima del mecanismo de sudoraci\u00f3n. Moss reporta tasas tan altas como 2.6 litros por hora en los mineros de carb\u00f3n, y 8.5 litros en un periodo de cinco horas. Bajo condiciones experimentales estas tasas se han sobrepasado en periodos cortos. En el hombre cercano a los l\u00edmites tolerables de altas temperaturas combinadas con alta humedad, Eichna encontr\u00f3 un sudor profuso. La mayor\u00eda de los hombres promedian 2.5 litros por hora con un rango entre 1.24 a 3.88 litros por hora. Estos hombres realizaban un trabajo de una a cuatro horas en una atm\u00f3sfera saturada a 35.5º C. La tasa m\u00e1s alta mencionada arriba, 3.88 litros por hora, fue sostenida durante 90 minutos, pero la tasa m\u00e1s elevada observada por Eichna fue 4.2 litros por hora. Eichna menciona que “Los hombres completaron cuatro horas de trabajo en buena condici\u00f3n mientras las tasas de sudoraci\u00f3n fueron de 3.0 litros por hora, una p\u00e9rdida de 12 litros de fluido en las cuatro horas.”<\/p>\n

Tales tasas de sudoraci\u00f3n altas parecen a\u00fan m\u00e1s impresionantes si se recuerda que cuatro litros es la misma magnitud que el total de agua presente en el cuerpo. Aunque esta agua es tomada de la sangre cuando pasa por los capilares de las gl\u00e1ndulas sudor\u00edparas, la p\u00e9rdida es parcialmente repuesta por el agua del cuerpo en general y es distribuida en todo el cuerpo. Adem\u00e1s, tal p\u00e9rdida alta de agua no puede ser sostenida por un periodo largo de tiempo sin reemplazarla bebiendo agua, un problema que discutiremos despu\u00e9s.<\/p>\n

La tasa de sudoraci\u00f3n no es alterada por la deshidrataci\u00f3n moderada, sino que es ajustada a la necesidad de disipaci\u00f3n de calor. Ni bebiendo en exceso se incrementa esta tasa.<\/p>\n

Ocasionalmente se encuentran personas que no tienen gl\u00e1ndulas sudor\u00edparas funcionales y estos desafortunados demuestran claramente qu\u00e9 tan necesarios son sudar y la evaporaci\u00f3n del agua en la regulaci\u00f3n de la temperatura en el hombre.<\/p>\n

La funci\u00f3n de las gl\u00e1ndulas sudor\u00edparas est\u00e1 bajo control nervioso. Se han hecho estudios excelentes de los mecanismos reflejos involucrados, mostrando que muchos factores complejos interact\u00faan en el control de la sudoraci\u00f3n. Este no es el lugar para revisar este tema. Para nuestros prop\u00f3sitos es suficiente establecer que a\u00fan bajo las condiciones des\u00e9rticas m\u00e1s extremas las tasas de sudoraci\u00f3n bastan para una disipaci\u00f3n de calor adecuada.\n <\/p>\n<\/div>\n

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El problema de la sal<\/b><\/p>\n

Adem\u00e1s del agua, los m\u00e1s importantes de los componentes del sudor son el cloro, sodio y potasio. Tambi\u00e9n se encuentra en el sudor una cantidad insignificante de otras sustancias que normalmente se encuentran en el plasma sangu\u00edneo. De hecho, todos los cristaloides del plasma est\u00e1n presentes pero generalmente concentraciones m\u00e1s bajas que la sangre. La urea y el \u00e1cido l\u00e1ctico, sin embargo, est\u00e1n en concentraciones elevadas. A tasas de sudoraci\u00f3n elevadas, la urea eliminada en el sudor son suficientes para ser importantes en la excreci\u00f3n, y en estudios del balance del nitr\u00f3geno aparecen serios errores si este factor se sobreestima. No es posible considerar, sin embargo, la ocurrencia de \u00e1cido l\u00e1ctico en el sudor como una forma de excreci\u00f3n. Aunque el \u00e1cido l\u00e1ctico es formado durante el trabajo pesado, no es particularmente \u00fatil eliminarlo porque el cuerpo lo utiliza en la s\u00edntesis del gluc\u00f3geno en el h\u00edgado. Es posible que el \u00e1cido l\u00e1ctico, que puede ser de diez a veinte veces m\u00e1s alto en el sudor que en el plasma sangu\u00edneo, no se origine del \u00e1cido l\u00e1ctico que circula en la sangre. Podr\u00eda ser formado por el rompimiento del gluc\u00f3geno en las c\u00e9lulas sudor\u00edparas.
\n Para nuestros prop\u00f3sitos es irrelevante de donde se origine el \u00e1cido l\u00e1ctico. Para el balance de energ\u00eda hay poca diferencia si uno, dos o tres gramos de \u00e1cido l\u00e1ctico se pierden en un litro de sudor, pero es muy importante si se trata de la correspondiente cantidad de cloro. Este es un tema que ha recibido atenci\u00f3n insuficiente desde que Dill sugiri\u00f3 la hip\u00f3tesis del reemplazamiento. La p\u00e9rdida de sal en el sudor es extremadamente importante y sigue en importancia de efectos fisiol\u00f3gicos s\u00f3lo a la p\u00e9rdida de agua.<\/p>\n

Concentraci\u00f3n de sal en el sudor<\/b><\/p>\n

El sodio y el cloro parecen estar siempre presentes en concentraciones m\u00e1s bajas en el sudor que en el plasma sangu\u00edneo. Los primeros reportes de que la concentraci\u00f3n de sal eran m\u00e1s altos en el sudor fueron debidos probablemente a la falla de t\u00e9cnicas de colecta de sudor. Es necesario llamar la atenci\u00f3n sobre la evaporaci\u00f3n durante la colecta y la piel debe estar libre de sal acumulada previamente. Adem\u00e1s, es probable que la t\u00e9cnica de colecta por s\u00ed misma interfiera. Por ejemplo, cubrir la mano o el brazo con un impermeable de goma incrementa la temperatura de la piel y, como veremos, esto por s\u00ed mismo cambia la concentraci\u00f3n de sal en el sudor. Otra dificultad en la evaluaci\u00f3n es que las muestras de varias partes del cuerpo no tienen necesariamente la misma composici\u00f3n.<\/p>\n

Los valores del sodio y cloro reportados para el sudor var\u00edan mucho, con un rango de aproximadamente cinco a cien mEq por litro. La concentraci\u00f3n normal de plasma est\u00e1 alrededor de 140 mEq por litro para el sodio y 105 mEq por litro para el cloro. Hay una tendencia en la concentraci\u00f3n de la sal del sudor a decrecer con la aclimataci\u00f3n al calor y, adem\u00e1s, la concentraci\u00f3n de sal tiende a incrementar si las tasas de sudoraci\u00f3n aumentan. Robinson sugiri\u00f3 que estas variaciones en la concentraci\u00f3n de sal se deb\u00edan a cambios en la temperatura de la piel m\u00e1s que a una tasa de sudoraci\u00f3n. Robinson mantuvo las dos manos y antebrazos de sus voluntarios a diferentes temperaturas para que el sudor fuera colectado en un guante de goma de la longitud del codo. Las concentraciones de sodio y cloro fueron significantemente m\u00e1s bajas en el sudor colectado de la mano m\u00e1s fr\u00eda y la concentraci\u00f3n podr\u00eda haber cambiado elevando o bajando la temperatura de la mano. Este efecto de la temperatura de la piel no fue dependiente de una tasa de sudoraci\u00f3n que se incrementara de la regi\u00f3n de alta temperatura y fue hallada en todos los estadios de aclimataci\u00f3n al calor.<\/p>\n

Estas muchas posibilidades de variaciones hace evidente que es dif\u00edcil estimar la p\u00e9rdida de sal de la piel con el m\u00e9todo de colectar muestras representativas de sudor. Sin embargo, las estimaciones crudas corresponden ligeramente bien con las investigaciones donde el sudor ha sido absorbido por la ropa y lavada para su an\u00e1lisis, y tambi\u00e9n con las estimaciones generales de balance de sal en personas mantenidas con dietas conocidas experimentales con colecta de excretas por largos periodos, dando as\u00ed la posibilidad de una evaluaci\u00f3n exacta en el consumo y el insumo. Tales investigaciones tambi\u00e9n indican que cuando las tasas de sudoraci\u00f3n y estados de aclimataci\u00f3n son constantes, el rendimiento cut\u00e1neo de la sal depende del consumo en la dieta.<\/p>\n

El resultado de todas estas consideraciones es que no pueden darse reglas generales para la p\u00e9rdida cut\u00e1nea de sal, pero podemos asumir que a tasas altas de sudoraci\u00f3n, la p\u00e9rdida total podr\u00eda ser f\u00e1cilmente de unos 10 a 10 gramos de sodio y cloro por d\u00eda. La tasa m\u00e1s alta bien documentada que conozco fue reportada por Ladell en hombres que trabajaban en una habitaci\u00f3n a 38º C y 80% de humedad relativa, fue 25.02 gramos de cloro, estimado como NaCl, en 162 minutos. Esta es un fuerte menoscabo de los recursos porque el cuerpo contiene un total aproximado de s\u00f3lo 165 gramos de NaCl. Durante la sudoraci\u00f3n, los efectos de la p\u00e9rdida de sal no son aparentes, pero cuando se bebe agua para reponerse, los fluidos corporales se diluyen y esto puede llegar a tener serias consecuencias.<\/p>\n

Calambres por calor<\/b><\/p>\n

Se conoce desde hace a\u00f1os que los trabajadores de lugares muy calientes tienden a sufrir de calambres de calor. Los mineros de carb\u00f3n en las minas de Inglaterra y los fogoneros de embarcaciones quedaban com\u00fanmente deshabilitados por fuertes calambres hasta que el trabajo de J. S. Haldane estableci\u00f3 que los calambres depend\u00eda de la p\u00e9rdida de sal, conectada con una sudoraci\u00f3n profusa m\u00e1s que a la exposici\u00f3n del calor en s\u00ed. Esto explica por qu\u00e9 los barcos noruegos tienen menos dificultades que la marina mercante brit\u00e1nica. Los descendientes de los vikingos comen una elevada proporci\u00f3n de carne salada y pescado, mientras que la comida m\u00e1s fresca suministrada en los barcos brit\u00e1nicos fue desventajosa para las tripulaciones de las calderas.<\/p>\n

La enfermedad del fogonero y los calambres del minero llegaron a ser raros despu\u00e9s de que se descubri\u00f3 que la p\u00e9rdida de sal debe ser reemplazada y puede ser provista con el agua a beber. A\u00f1adir 10 gramos de cloruro de sodio a cada gal\u00f3n (gal\u00f3n imperial = 4.54 litros) de agua para los mineros de carb\u00f3n abolieron todos los calambres. Hubo un mejoramiento general en todos los trabajadores, los que hab\u00edan sufrido calambres y otros se sintieron mejor y pudieron trabajar m\u00e1s tiempo en los lugares m\u00e1s calientes. Sin duda, el hecho de que se necesita sal extra es una vieja experiencia, pero fue olvidada hasta que la moderna fisiolog\u00eda le dio su propio valor. En Noruega he escuchado frecuentemente que debe a\u00f1adirse sal a la cerveza casera en la estaci\u00f3n de sequ\u00eda, y se uno es prevenido de beber demasiado libremente de un manantial fresco de monta\u00f1a en un d\u00eda c\u00e1lido de verano. La advertencia de que uno puede sufrir severos calambres a menos que espere sin beber hasta que se siente y se enfr\u00ede (¡y coma!) tiene sentido, porque el flujo de agua del granito de Noruega est\u00e1 tan libre de sal como el agua destilada.<\/p>\n

Mi propia experiencia en el desierto es que no hay necesidad de poner sal al agua. Para actividades normales, la sal tomada en la comida es suficiente. Un detalle curioso, sin embargo es que la comida se siente inusualmente suave e insabora. Cuando tom\u00e1bamos el salero parec\u00eda que la al fuera menos salada de lo que suele ser. Se necesitaban cantidades m\u00e1s altas de las usuales para hacer que la comida supiera “bien” y la tendencia fue poner libremente sal en la comida. Esta reacci\u00f3n podr\u00eda ser un resultado subjetivo de nuestro conocimiento acerca de la necesidad de sal y podr\u00eda, por lo tanto, se interesante encontrar si el umbral de sabor de sal es realmente incrementado en condiciones des\u00e9rticas.<\/p>\n

Biol\u00f3gicamente, la gran necesidad de sal en el desierto es un fen\u00f3meno curioso. Aunque el rendimiento de la orina puede decaer pr\u00e1cticamente a cero (menos de 1 mEq por litro), la frecuencia del s\u00edndrome de la depleci\u00f3n de la sal es evidencia de que el rendimiento de sal en la piel no puede ser reducido de manera similar, aun cuando la necesidad de conservaci\u00f3n est\u00e9 a su m\u00e1ximo. As\u00ed, el agua sola no es suficiente para hacer al hombre un exitoso habitante del desierto y el valor de la sal es evidente en su precio en los pa\u00edses c\u00e1lidos. Es un art\u00edculo principal de comercio y tasaci\u00f3n, ha causado guerras y a veces ha sido pesada contra el oro.<\/p>\n


\n Reabastecer el agua, beber<\/b><\/p>\n

La necesidad de agua se manifiesta como sed<\/b><\/p>\n

Esta sensaci\u00f3n mal definida sido objeto de numerosas investigaciones y muchas especulaciones del mecanismo involucrado para que se produzca. Las teor\u00edas van desde la sed causada por la resequedad de la boca y la garganta, a complejos reflejos del sistema nervioso central. Las maravillosas investigaciones de Andersson han esclarecido que el est\u00edmulo principal para beber aparece en el hipot\u00e1lamo, dirigida por la concentraci\u00f3n osm\u00f3tica de la sangre que alcanza las c\u00e9lulas receptoras espec\u00edficas. La estimulaci\u00f3n directa de estas c\u00e9lulas se logr\u00f3 inyectando cantidades m\u00ednimas de soluciones concentradas de sal en la vecindad del hipot\u00e1lamo o por est\u00edmulos con electrodos. Tal estimulaci\u00f3n hicieron que las cabras sujetas a experimentaci\u00f3n bebieran insaciablemente y se sobrehidrataron m\u00e1s del 40 por ciento de su peso corporal.<\/p>\n

En el animal sediento, el mecanismo no es tan simple porque se detiene de beber antes de que el agua haya sido absorbida del est\u00f3mago y haya diluido la sangre. La distensi\u00f3n del est\u00f3mago parece inhibir el beber, como se comprueba si se inflan globos en el interior del est\u00f3mago. La cantidad de agua que pasa a trav\u00e9s del es\u00f3fago tambi\u00e9n tiene cierta influencia. En perros a los que se les ha colocado una f\u00edstula esof\u00e1gica, el agua no alcanza al est\u00f3mago. Un perro sediento beber\u00e1 mucha m\u00e1s cantidad de agua, pero se detendr\u00e9 cuando la cantidad que haya pasado por su garganta haya alcanzado aproximadamente 2.5 veces la cantidad que normalmente bebe. Puesto que el perro est\u00e1 a\u00fan fisiol\u00f3gicamente “sediento”, beber\u00e1 de nuevo pronto y la cantidad de falsa bebida puede alcanzar proporciones que un bebedor de cerveza ver\u00eda con envidia.<\/p>\n

La sed en el hombre es un fen\u00f3meno desconcertante<\/b><\/p>\n

Parad\u00f3jicamente, cuando el hombre evapora agua en el desierto, no bebe lo suficiente como para recuperar la p\u00e9rdida, a\u00fan si hay suficiente agua disponible. Sobrelleva una “deshidrataci\u00f3n voluntaria” que con frecuencia alcanza del 2 al 4 por ciento de su peso corporal porque la sed se ve satisfecha antes de que la toma de agua iguale a la p\u00e9rdida. El patr\u00f3n usual es que el hombre beba quiz\u00e1 la mitad de lo que necesita y cuando se sienta a comer, ingiera el resto. Este patr\u00f3n no tiene en cuenta la calidad o sabor del agua, pues Adolph y sus colaboradores encontraron que no importaba qu\u00e9 tan sabrosa fuera preparada el agua, el patr\u00f3n de bebida permanec\u00eda igual. Tampoco hay diferencia si es agua caliente, fr\u00eda o helada ni si tiene sal, az\u00facar o sabor de fruta, pues el resultado es el mismo.<\/p>\n

Dill sugiere una buena explicaci\u00f3n para este extra\u00f1o patr\u00f3n de bebida. Cuando el hombre suda, tambi\u00e9n pierde sal y si bebe lo suficiente como para recuperar toda el agua perdida, el resultado es una indeseada baja concentraci\u00f3n de sal en la sangre. Por lo tanto, la gran cantidad de agua, la suficiente como para recuperar completamente la perdida de la sangre, debe esperar hasta que se coma. Esta sugerencia parece buena, pero Adolph mostr\u00f3 que reemplazar la p\u00e9rdida de sal hora tras hora reduc\u00eda s\u00f3lo ligeramente la deshidrataci\u00f3n voluntaria. As\u00ed que debemos aceptar, sin una explicaci\u00f3n adecuada, que el hombre es un bebedor lento.<\/p>\n

Cierta vez me impresion\u00f3 mucho la cantidad de agua que un asno puede beber y quise probar mi propia capacidad para el agua. Estuve sin beber durante unas pocas horas hasta que estuve extremadamente sediento y sent\u00eda que pod\u00eda beber tremendos vol\u00famenes de l\u00edquido. Hab\u00eda medido un litro de agua para empezar y encontr\u00e9 que pod\u00eda beberla f\u00e1cilmente en un minuto, mientras el asno beb\u00eda 7 a 8 litros por minuto. Fue dif\u00edcil beber el litro completo y pude hacerlo con dificultad en el mismo tiempo. Todo deseo de continuar bebiendo otro litro se esfum\u00f3 y yo pod\u00eda beber s\u00f3lo sorbos ocasionales forz\u00e1ndome.<\/p>\n

Ladell encontr\u00f3 que cuando la p\u00e9rdida de agua de la piel es r\u00e1pida, el hombre no puede reemplazarla bebiendo a\u00fan cuando trate de hacerlo. Cuando la tasa de sudoraci\u00f3n alcanza 50 ml por minuto, los esfuerzos para recuperar esa agua bebiendo generalmente conducen al v\u00f3mito, sea agua salina o potable. Como veremos despu\u00e9s, los patrones de bebida en los animales como el camello, el asno y el perro son completamente diferentes con mucho mayores cantidades de agua ingeridas en periodos cortos de tiempo.<\/p>\n<\/p><\/div>\n

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P\u00e9rdida de agua, deshidrataci\u00f3n, muerte<\/b><\/p>\n

La situaci\u00f3n parad\u00f3jica de que la sed del hombre no basta para recuperar su agua corporal significa que, a\u00fan cuando haya tanta agua como sea posible, siempre sobreviene un grado de deshidrataci\u00f3n. Si no tiene agua o tiene poca, la deshidrataci\u00f3n progresa m\u00e1s all\u00e1 y su funcionamiento f\u00edsico y mental se deteriora a\u00fan en una deshidrataci\u00f3n moderada. Se mencionar\u00e1n algunos de estos cambios del hombre deshidratado para proveer de bases para la discusi\u00f3n de los efectos fisiol\u00f3gicos de la privaci\u00f3n de agua.<\/p>\n

Obviamente, la deshidrataci\u00f3n experimental de sujetos humanos no se ha llevado a un punto donde la vida del sujeto est\u00e9 en peligro, as\u00ed que la mayor\u00eda de la informaci\u00f3n que tenemos ha sido recolectada por inferencia de experimentaci\u00f3n animal y de reportes ocasionales de personas que se perdieron en el desierto sin agua. En los \u00faltimos casos, si una persona se encontr\u00f3 antes de la muerte, lo principal ha sido la recuperaci\u00f3n m\u00e1s que la observaci\u00f3n a los estadios \u00faltimos de muerte por deshidrataci\u00f3n y, a\u00fan as\u00ed, raramente hay un observador entrenado para notar la condici\u00f3n y los s\u00edntomas durante la recuperaci\u00f3n.<\/p>\n

Funcionamiento del ri\u00f1\u00f3n<\/b><\/p>\n

Los ajustes principales del contenido de agua en el cuerpo son hechos por los ri\u00f1ones. En un clima moderado, los ri\u00f1ones excretan generalmente de 1.0 a 1.5 litros de agua por d\u00eda, pero si por alguna raz\u00f3n el suministro de agua se incrementa, puede eliminar un exceso de unos 20 litros por d\u00eda. Cuando el consumo de agua se restringe, el volumen de la orina se reducir\u00e1 y puede ser menos de medio litro, pero la formaci\u00f3n de orina cesa enteramente s\u00f3lo en la deshidrataci\u00f3n m\u00e1s severa cuando los procesos fisiol\u00f3gicos se deterioran y el ri\u00f1\u00f3n falla.<\/p>\n

En un clima des\u00e9rtico, si se tiene suficiente agua para beber, los vol\u00famenes de la orina son algo menos de un litro. Adolph y Dill encontraron un volumen promedio de orina de 825 ml por d\u00eda, que es aproximadamente 25% m\u00e1s bajo que el observado en los mismos sujetos durante el invierno. Sin embargo, la exposici\u00f3n al calor al trabajo pesado producen p\u00e9rdida de agua que no se compensa completamente al beber y la deshidrataci\u00f3n voluntaria en que se incurre lleva a una posterior reducci\u00f3n en el volumen de orina con valores de 0.4 y 0.5 litros. La tasa m\u00e1s baja observada por Adolph y sus colaboradores fue de 230 ml por d\u00eda. Hasta donde sabemos, contin\u00faan form\u00e1ndose vol\u00famenes similares de orina mientras la deshidrataci\u00f3n aumenta, hasta que la funci\u00f3n del ri\u00f1\u00f3n cesa en los estadios m\u00e1s avanzados.<\/p>\n

Cuando el ri\u00f1\u00f3n conserva agua, lo hace para formar orina donde los productos de excreci\u00f3n est\u00e1n en concentraciones elevadas. Cuando se alcanza la m\u00e1xima habilidad de concentraci\u00f3n del ri\u00f1\u00f3n, no se puede retener ninguna cantidad de agua y, por lo tanto, el volumen de la orina es determinado por la cantidad de productos de excreci\u00f3n. De \u00e9stos, los m\u00e1s importantes son la urea y el cloruro de sodio y la habilidad del ri\u00f1\u00f3n para concentrarlos es inherente en su estructura detallada en cada animal. El ri\u00f1\u00f3n del hombre no es particularmente poderoso; los ri\u00f1ones de las ratas y los perros son aproximadamente dos veces m\u00e1s poderosos y as\u00ed pueden eliminar una cantidad determinada de excreta con s\u00f3lo la mitad del agua. No hay indicaci\u00f3n de que el hombre pueda ser entrenado para excretar una orina altamente concentrada; el poder m\u00e1ximo de concentraci\u00f3n del ri\u00f1\u00f3n no est\u00e1 sujeto a cualquier modificaci\u00f3n apreciable. Puesto que la salida de orina permanece aproximadamente igual bajo una creciente deshidrataci\u00f3n, no se realiza ning\u00fan ahorro en el uso de agua por permitir que el hombre se deshidrate m\u00e1s.<\/p>\n

El volumen m\u00ednimo de orina es dictado por los productos de excreci\u00f3n y es modificado con los cambios en la dieta. La suma de la urea depende del consumo de prote\u00ednas, pero no decrece a cero a\u00fan en dietas libres de ellas. Como hemos visto, la cantidad de cloruro de sodio que maneja el ri\u00f1\u00f3n puede ser muy bajo cuando p\u00e9rdidas grandes en el sudor demandan su conservaci\u00f3n y esto es aproximadamente lo que sucede cuando se le priva de agua en el desierto. Por otro lado, un hombre que beba agua salina, o el n\u00e1ufrago que bebe agua de mar, est\u00e1 en una situaci\u00f3n enteramente diferente. El agua de mar est\u00e1 concentrada aproximadamente al doble que la concentraci\u00f3n m\u00e1xima de orina en el hombre, y su ingesti\u00f3n lleva, por lo tanto, a una deshidrataci\u00f3n progresiva y r\u00e1pida. Para el hombre deshidratado, beber orina no lleva a nada porque la orina , como fue formada, fue casi tan concentrada como el ri\u00f1\u00f3n lo puede hacer. Su reingesti\u00f3n requiere la excreci\u00f3n de los mismos solutos, que requerir\u00e1n otra vez la cantidad de agua original.<\/p>\n

Sudar durante la deshidrataci\u00f3n<\/b><\/p>\n

El gasto total de agua para la formaci\u00f3n de sudor puede alcanzar f\u00e1cilmente 10 a 15 litros por d\u00eda y una reducci\u00f3n en este tremendo volumen puede ser cuantitativamente mucho m\u00e1s importante que la reducci\u00f3n en la peque\u00f1a cantidad de agua gastada para la formaci\u00f3n de orina. Si el ri\u00f1\u00f3n del hombre fuera, por ejemplo, el doble de eficiente de lo que es, el ahorro de agua ser\u00eda quiz\u00e1 de 200 ml en un d\u00eda. Comparado con el gasto de agua en el sudor, tal ahorro ser\u00eda s\u00f3lo del uno o dos por ciento y ser\u00eda relativamente insignificante.. Por otro lado, una reducci\u00f3n de la mitad de agua convertida en sudor ser\u00eda realmente importante.<\/p>\n

La cantidad de agua usada para sudar est\u00e1 determinada por la necesidad de regular el calor. Puesto que el calor depende principalmente de factores f\u00edsicos tales como la diferencia entre la temperatura del aire y la de la piel, o la carga de radiaci\u00f3n del sol y el suelo caliente, uno podr\u00eda esperar que se podr\u00eda realizar cualquier ahorro significante de agua. La noci\u00f3n de que el hombre puede entrenarse a s\u00ed mismo a usar menos agua en el desierto, tal como lo hace para esfuerzos deportivos, est\u00e1 basada en un pensamiento deseable m\u00e1s que en la l\u00f3gica.<\/p>\n

Durante observaciones extensivas del hombre en el desierto efectuadas por el grupo de Adolph de la Universidad de Rochester, no se encontraron evidencias de que el hombre pudiera aprender a estar bien con menos agua de lo que exig\u00edan las condiciones f\u00edsicas existentes. En una prueba, dos grupos de hombres j\u00f3venes fueron comparados en peso y despu\u00e9s caminaron en el desierto en el mismo camino al mismo tiempo. Los grupos pod\u00edan ser comparables, pero uno bebi\u00f3 libremente durante la caminata mientras el otro no bebi\u00f3 nada. En una marcha de ocho horas a una temperatura de 35º C la evaporaci\u00f3n de agua promedio en el grupo con agua fue de 5.24 litros, mientras que el grupo sin agua ten\u00eda una evaporaci\u00f3n de 4.68 litros. Este \u00faltimo grupo us\u00f3 11 por ciento menos agua para el enfriamiento evaporativo. Esto muestra que la tasa de sudoraci\u00f3n es de la misma magnitud, sea con bebida o sin ella, pero indica tambi\u00e9n que podr\u00eda haber una ligera reducci\u00f3n en el gasto de agua en los hombres sin agua. Es dif\u00edcil evaluar si esto fue debido a una diferencia fisiol\u00f3gica verdadera porque uno de los grupos lleg\u00f3 a estar m\u00e1s deshidratado (7.4 por ciento de peso contra 4.3 por ciento en aquellos que bebieron todo lo que quisieron), o a diferencias sutiles tales como a una forma m\u00e1s econ\u00f3mica de caminar o a una reducci\u00f3n en el esfuerzo en el grupo sin agua.<\/p>\n

Volumen de agua que decrece<\/b><\/p>\n

Como las gl\u00e1ndulas sudor\u00edparas remueven agua, la fuente inmediata de esta agua es la sangre en la sangre que fluye en la piel. Sin embargo, puesto que la suma de sudor producido en pocas horas puede exceder con mucho el volumen total de la sangre, la p\u00e9rdida de agua debe ser distribuida al agua que est\u00e1 presente fuera del sistema vascular al menos en cierta medida. El intercambio de agua entre los vasos capilares y los tejidos es extremadamente r\u00e1pido, pero est\u00e1 regido por leyes complejas que s\u00f3lo entendemos parcialmente.<\/p>\n

Cuando los investigadores de Rochester estudiaron los efectos de la deshidrataci\u00f3n en el hombre, observaron que el agua del plasma contribu\u00eda m\u00e1s que su parte proporcional a la p\u00e9rdida de agua. En hombres deshidratados en 1 a 11 por ciento de su peso corporal, la reducci\u00f3n del volumen del plasma fue de aproximadamente de 2.5 veces la esperada de la p\u00e9rdida total de agua. Resultados similares fueron obtenidos por Robinson que encontr\u00f3 una reducci\u00f3n promedio de 6.5 por ciento en el volumen del plasma en hombres que estaban deshidratados en un 3 por ciento de su peso corporal. En estos experimentos no hubo cambios significativos en los vol\u00famenes totales de c\u00e9lulas circulantes o prote\u00ednas de plasma, una observaci\u00f3n que fue hecha tambi\u00e9n por el grupo de Rochester. De esta forma, una consecuencia importante de la p\u00e9rdida de agua del plasma sangu\u00edneo es un incremento en la concentraci\u00f3n de los gl\u00f3bulos rojos (hematocrito) y en la concentraci\u00f3n de las prote\u00ednas. Esto significa un incremento en la viscosidad de la sangre, que produce una carga adicional al coraz\u00f3n porque ahora toma m\u00e1s trabajo bombear la sangre por los vasos sangu\u00edneos. Como veremos pronto, la p\u00e9rdida preferencial del volumen de plasma y la viscosidad creciente son verdaderamente desafortunados.<\/p>\n

Pulso y funci\u00f3n cardiaca<\/b><\/p>\n

Hace casi 200 a\u00f1os, Blagden observ\u00f3 un incremento en el pulso cuando los hombres estaban sujetos a grandes temperaturas. Muchos investigadores posteriores han hecho la misma observaci\u00f3n y Adolph y sus colaboradores han hecho observaciones sistem\u00e1ticasdel pulso cardiaco a varios grados de d\u00e9ficit de agua. En estos estudios el incremento en el pulso estaba relacionado de cerca con el grado de d\u00e9ficit de agua y alcanzaba aproximadamente 40 latidos por minuto sobre el normal cuando se hab\u00eda perdido 8 por ciento de peso corporal. El trabajo f\u00edsico, por supuesto, incrementa m\u00e1s el pulso y a\u00f1ade m\u00e1s tensi\u00f3n al sobrecargado coraz\u00f3n de un organismo deshidratado.<\/p>\n

Si se midiera el volumen de cada latido en una persona deshidratada, se encontrar\u00eda un decremento cuando el pulso aumenta. El porcentaje es similar, as\u00ed que cuando el pulso se incrementa 40 por ciento sobre el valor inicial, el volumen de sangre ha disminuido aproximadamente 40 por ciento. De esta forma, la cantidad de sangre bombeada por el coraz\u00f3n en cada minuto (rendimiento cardiaco) permanece aproximadamente inalterado.<\/p>\n

La confusi\u00f3n de la circulaci\u00f3n normal causada por el incremento en el pulso cardiaco, el decremento en el volumen por latido y el incremento en la viscosidad de la sangre es un factor muy importante en las reacciones al calor y a la deshidrataci\u00f3n. Si la temperatura del cuerpo debe ser controlada, el calor producido en las partes m\u00e1s profundas del cuerpo debe ser transferido a la piel para ser disipado. Esta transferencia se efect\u00faa principalmente por la circulaci\u00f3n de la sangre en la piel porque la conducci\u00f3n del calor desde las partes m\u00e1s profundas del cuerpo a la superficie es lenta y es s\u00f3lo una peque\u00f1a parte del calor total transferido. A menos que todo el calor producido en el cuerpo sea removido y disipado, la temperatura corporal se eleva y la tolerancia a esta situaci\u00f3n es limitada. La sangre usada para el transporte de calor a la piel es arterial y es, de cierta forma, desviada de su funci\u00f3n principal de llevar ox\u00edgeno a los tejidos. Por lo tanto, los tejidos deben recibir ahora una parte m\u00e1s reducida de la sangre total, que ya se hab\u00eda reducido en volumen por la deshidrataci\u00f3n. Si, al mismo tiempo, la viscosidad de la sangre se incrementa, la demanda del coraz\u00f3n puede alcanzar magnitudes que no puedan ser sostenibles.\n <\/p>\n<\/div>\n

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L\u00edmites a la deshidrataci\u00f3n, muerte por “sed”<\/b><\/p>\n

En sus estudios sobre el hombre en el desierto, el grupo de Rochester nunca llev\u00f3 la deshidrataci\u00f3n experimental del hombre m\u00e1s all\u00e1 del 8 al 11 por ciento de p\u00e9rdida de peso corporal. En general, encontraron que la gente a d\u00e9ficits de agua de menos de 10 por ciento de su peso corporal no est\u00e1n en peligro de muerte y que la mayor\u00eda de los signos de disconfort desaparecen una hora despu\u00e9s de que se bebe agua sin l\u00edmite. En los rangos que conocemos, los s\u00edntomas son suficientemente graves. A un dos por ciento de p\u00e9rdida de peso, la sed puede ser violenta, pero no parece incrementarse mucho in intensidad si el d\u00e9ficit de agua se incrementa. A cuatro por ciento, la boca y la garganta se sienten secas y se manifiesta un desarreglo funcional como apat\u00eda, somnolencia, torpeza en el andar e impaciencia. A seis por ciento los s\u00edntomas se incrementan en severidad y al ocho por ciento la funci\u00f3n de las gl\u00e1ndulas salivales se detiene, la lengua se siente hinchada y pegajosa y es dif\u00edcil hablar, una condici\u00f3n que corresponde a lo que los viejos prospectores del desierto llamaban “boca de algod\u00f3n”.<\/p>\n

Qu\u00e9 signos est\u00e1n presentes cuando el d\u00e9ficit de agua excede el 10 por ciento de p\u00e9rdida de peso corporal s\u00f3lo se conoce de reportes de hombres que se perdieron accidentalmente en el desierto. Un informe dram\u00e1tico de \u00e9stos se encuentra en la descripci\u00f3n de McGee de la recuperaci\u00f3n de un hombre perdido cerca de la frontera entre M\u00e9xico y Estads Unidos durante ocho d\u00edas con agua para un d\u00eda, un r\u00e9cord quiz\u00e1 sin comparaci\u00f3n.<\/p>\n

Aun a una deshidrataci\u00f3n moderada, el volumen de la orina se reduce a un m\u00ednimo. La falla total en la producci\u00f3n de orina nunca ocurri\u00f3 durante las observaciones de Adolph, pero otros han reportado el paso de urea sangu\u00ednea o anuria completa en la deshidrataci\u00f3n extrema. Es posible que la falla del funcionamiento del ri\u00f1\u00f3n se deba a la inhabilidad de mantener la suficiente circulaci\u00f3n para una funci\u00f3n renal adecuada.<\/p>\n

La formaci\u00f3n de sudor no cesa en ning\u00fan individuo de Rochester y no se sabe nada acerca del grado de deshidrataci\u00f3n al cual cesa la producci\u00f3n de sudor. Si el sudor cesa en un ambiente caliente, un hombre puede morir r\u00e1pidamente por el aumento de su temperatura corporal.<\/p>\n

Observando los s\u00edntomas en el hombre conforme aparecen con el incremento de un d\u00e9ficit de agua y compar\u00e1ndolos con las observaciones en animales, puede asumirse que el l\u00edmite letal en el hombre es de aproximadamente 18 a 20 por ciento de p\u00e9rdida de peso. El punto exacto depender\u00e1 probablemente de la temperatura del aire y la velocidad de deshidrataci\u00f3n, tanto como de las diferencias individuales. Podr\u00eda ser m\u00e1s seguro establecer ese l\u00edmite letal en alg\u00fan punto entre 15 y 25 por ciento de d\u00e9ficit. Sin embargo, el hombre es f\u00edsica y mentalmente incapaz de cuidarse a s\u00ed mismo a una p\u00e9rdida de peso de 10 por ciento y al 12 por ciento de d\u00e9ficit de agua, es incapaz de tragar y no se puede recuperar sin asistencia. Adolph afirma que a un hombre deshidratado a este punto debe d\u00e1rsele agua por v\u00eda intravenosa, intraperitoneal, por tubo estomacal o a trav\u00e9s del recto.<\/p>\n

Temperatura corporal durante la deshidrataci\u00f3n<\/b><\/p>\n

Conforme la deshidrataci\u00f3n en el hombre avanza, su temperatura corporal tiende a aumentar. El grupo de Rochester acumul\u00f3 mucho material, tanto en laboratorio como en el desierto, para apoyar esta observaci\u00f3n. Encontraron que la temperatura rectal se incremente linealmente con el d\u00e9ficit progresivo de agua, alcanzando 2º C de incremento al 10 por ciento de d\u00e9ficit de agua. Si al mismo tiempo se realiza trabajo, el aumento en la temperatura rectal era m\u00e1s r\u00e1pido, alcanzando 2º C a aproximadamente 6 o 7 por ciento de deshidrataci\u00f3n. Com\u00fanmente se asume que es deseable para el hombre mantener su temperatura corporal constante (1), y el incremento en la temperatura corporal con la deshidrataci\u00f3n progresiva se considera como una falla en la disipaci\u00f3n de calor. El razonamiento de esta interpretaci\u00f3n es el siguiente:<\/p>\n

“Puesto que una funci\u00f3n de la circulaci\u00f3n es transportar calor de los tejidos en los que se produce hasta la periferia, el aumento en la temperatura corporal indica que la circulaci\u00f3n no est\u00e1 transportando calor tan r\u00e1pidamente como se est\u00e1 formando y representa, por lo tanto, un inadecuado flujo sangu\u00edneo perif\u00e9rico”.<\/p>\n

Es probablemente correcto que la retenci\u00f3n de calor no se deba a una limitaci\u00f3n en el mecanismo de sudoraci\u00f3n, porque el aumento en la temperatura ocurre tambi\u00e9n en personas aclimatadas al calor cuya habilidad para sudar es inigualable. Por lo tanto, la retenci\u00f3n de calor debe ser producida por un decremento en la transportaci\u00f3n de las partes m\u00e1s profundas a la superficie y es una conclusi\u00f3n razonable que esto est\u00e9 relacionado al incremento en viscosidad de la sangre, emparejado con la ineficiencia del coraz\u00f3n por su bajo volumen por latido y por el aumento de pulso.<\/p>\n

La temperatura en aumento tambi\u00e9n puede verse de una manera diferente. Un aumento en la temperatura corporal reduce la carga de calor en un ambiente caliente porque la diferencia en temperatura entre el medio y el cuerpo, m\u00e1s fresco, disminuye. El flujo de calor del medio hacia el cuerpo es aproximadamente proporcional a la diferencia de temperatura y disminuye si la diferencia baja. Como veremos despu\u00e9s, el camello aprovecha esta regla simple de f\u00edsica elemental.<\/p>\n

Claramente, el aumento de temperatura corporal puede tener ventajas y desventajas. Al final, pudiera ser mejor evitar clasificarla como una falla de regulaci\u00f3n de temperatura.
\n Un incremento regulado exacto en la temperatura corporal ocurre durante el ejercicio. Se ha probado que la vieja suposici\u00f3n de que uno se “calienta” porque se produce m\u00e1s calor y no es disipado, est\u00e1 equivocada. En una serie de experimentos, Nielsen mostr\u00f3 que el incremento en la temperatura rectal fue siempre la misma a cualquier intensidad de trabajo realizado, y que hab\u00eda una relaci\u00f3n lineal entre el aumento de temperatura y el trabajo realizado. El aumento de temperatura apareci\u00f3 independientemente de las condiciones para la disipaci\u00f3n de calor, fuera un trabajo hecho a una temperatura ambiente o casi desnudo al punto de congelaci\u00f3n para que el exceso de calor se disipara f\u00e1cilmente. Entonces, este aumento no se debe a la inhabilidad para disipar el calor, pero est\u00e1 exactamente regulado para el nivel particular de trabajo.<\/p>\n

Aumento explosivo de calor<\/b><\/p>\n

Si un hombre llega a estar progresivamente deshidratado en un desierto caliente, la muerte es causada probablemente por los efectos directos de la depleci\u00f3n del agua, pero de los resultados que Adolph llam\u00f3 “aumento explosivo de calor”. Hay buenas razones para apoyar esta suposici\u00f3n, basadas en otras especies.<\/p>\n

En los experimentos de Adolph, en un aire de aproximadamente 50º C, un perro expuesto jadea pronto. A trav\u00e9s de la evaporaci\u00f3n pierde 1 a 1.5 por ciento de su peso corporal por hora y muestra los mismos s\u00edntomas progresivos que el hombre: debilidad e incremento del pulso, temperatura rectal y concentraci\u00f3n de plasma. Se esperaban todos estos efectos de la deshidrataci\u00f3n pero cuando la deshidrataci\u00f3n alcanz\u00f3 14 por ciento de su peso corporal, la temperatura rectal del animal comenz\u00f3 a elevarse explosivamente. En este estadio el animal sobrevivi\u00f3 s\u00f3lo por la remoci\u00f3n inmediata de la temperatura caliente o d\u00e1ndole a beber agua. Con ella, los perros son excelentes reguladores de temperatura y sobrevivieron indefinidamente a un aire de 55º C.<\/p>\n

¿Cu\u00e1l fue la causa de la muerte? El perro continu\u00f3 jadeando y el hocico permaneci\u00f3 fresco mientras la temperatura rectal ascend\u00eda. Evidentemente la temperatura m\u00e1s profunda aument\u00f3 explosivamente porque eran llevadas cantidades insuficientes de calor a la superficie enfriante. Presumiblemente, la viscosidad creciente de la sangre y la carga al coraz\u00f3n, en combinaci\u00f3n con el reducido volumen de sangre, hab\u00eda alcanzado un punto donde la sangre no era llevada lo suficientemente r\u00e1pido a la superficie para que se enfriara. Sin embargo, la falla de circulaci\u00f3n no es debida necesariamente a la viscosidad de la sangre; todos los s\u00edntomas del aumento explosivo de la temperatura tienen una similitud impresionante con el shock circulatorio. Los dos factores principales en el shock (bajo volumen de sangre y extrema vasodilataci\u00f3n) son prominentes en condiciones que causan el aumento explosivo de calor. Lo que necesitamos saber es la presi\u00f3n arterial durante su aparici\u00f3n ?si es alta, la viscosidad pudiera ser importante; si es baja, la situaci\u00f3n tendr\u00eda todos los criterios del shock?.<\/p>\n

En una atm\u00f3sfera fresca, los perros deshidratados sobreviv\u00edan m\u00e1s tiempo y se manten\u00eda una temperatura rectal normal. La deshidrataci\u00f3n m\u00e1s alta alcanzada fue de 17 por ciento de su peso corporal y en este caso la muerte se debi\u00f3 al deterioro de las funciones del cuerpo causadas por los efectos de la depleci\u00f3n del agua, cuyo mecanismo no est\u00e1 a\u00fan bien entendido.<\/p>\n

Debemos asumir que el modelo de deshidrataci\u00f3n en el hombre pudiera seguir muy cercanamente el del perro. Los dos son buenos reguladores de la temperatura y aunque el lugar por donde evaporan es diferente, ambos usan agua para la disipaci\u00f3n de calor aproximadamente a la misma velocidad. Mientras que la muerte por deshidrataci\u00f3n en ambientes c\u00e1lidos ocurren en la forma de un aumento explosivo de la temperatura, es probable que la muerte por deshidrataci\u00f3n en atm\u00f3sferas fr\u00edas no sean repentinas, sino que sigan un modelo de p\u00e9rdida gradual de las funciones normales.<\/p>\n

¿Puede el hombre almacenar agua? <\/b><\/p>\n

No est\u00e1 fuera de lugar preguntarnos acerca del almacenamiento fisiol\u00f3gico de agua, pues muchas personas han pensado empezar la jornada en el desierto bebiendo grandes cantidades de agua para prepararse a las futuras necesidades. La noci\u00f3n popular es que el camello hace exactamente lo mismo, llenando su est\u00f3mago con agua como preparaci\u00f3n para un viaje largo sin agua. ¿Por qu\u00e9 el hombre no podr\u00eda hacer lo mismo, en escala menor?<\/p>\n

Generalmente, la sed del hombre se ajusta a la restauraci\u00f3n del agua de su cuerpo a su nivel normal y mantenerlo ah\u00ed. Cualquier exceso en beber, no importa el por qu\u00e9 se haya bebido as\u00ed, es excretado r\u00e1pidamente por el ri\u00f1\u00f3n. Si se ingieren grandes cantidades de agua, se absorben en media hora o una y es eliminada en una hora o dos. En el desierto, sin embargo, esta situaci\u00f3n es ligeramente diferente. Si durante el periodo anterior, la producci\u00f3n de orina es baja, la cantidad de la hormona antidiur\u00e9tica que circula en la sangre es relativamente alta. Una carga repentina de agua, por lo tanto, no ser\u00e1 excretada tan r\u00e1pidamente como en un clima normal. De hecho, si un hombre bebe un litro de agua, que es aproximadamente tanta como puede tomar de una sola vez, y despu\u00e9s va al desierto c\u00e1lido, el agua ser\u00e1 usada tan r\u00e1pidamente para sudar que el exceso tendr\u00e1 poco efecto en el volumen de orina. En una prueba donde los voluntarios bebieron un litro inmediatamente antes de iniciar una caminata en el desierto, s\u00f3lo 15 por ciento del exceso de agua bebido apareci\u00f3 como incremento en el volumen de orina, mientras que el 85 por ciento restante fue usado para la formaci\u00f3n de sudor.<\/p>\n

Mientras el agua es absorbida y excretada r\u00e1pidamente, la soluci\u00f3n salina isot\u00f3nica es absorbida r\u00e1pidamente por el tracto intestinal pero se excreta muy lentamente, en un d\u00eda o m\u00e1s. Las soluciones bebibles salinas no dan un efecto diur\u00e9tico inmediato y puesto que de cualquier forma la necesidad de sal se incrementa, esto podr\u00eda ser un efecto de “prehidratar” el cuerpo m\u00e1s que con s\u00f3lo agua.<\/p>\n

Por supuesto, es m\u00e1s sencillo llevar un litro de agua en el est\u00f3mago que en un recipiente. Sin embargo, si la necesidad total del d\u00eda es, por ejemplo, 10 litros, es obvio que un litro, sea de agua salina o pura, no resolver\u00e1 m\u00e1s que una peque\u00f1a fracci\u00f3n de la demanda. El hombre debe tener agua en el desierto. Y en grandes cantidades.<\/p>\n

¿Puede el hombre reducir la cantidad de agua usada para la regulaci\u00f3n de la temperatura? <\/b><\/p>\n

La noci\u00f3n de que el hombre puede entrenarse para usar menos agua en el desierto es razonable pero no est\u00e1 fundada en hechos observables. La demanda de agua est\u00e1 dictada por la necesidad de disipaci\u00f3n de calor, que tiene dos componentes: el calor metab\u00f3lico y el calor ganado del ambiente caliente. Si alguno de estos dos componentes puede reducirse, el gasto de agua podr\u00eda reducirse proporcionalmente.<\/p>\n

Sabemos que la producci\u00f3n de calor metab\u00f3lico depende de la suma del trabajo hecho, y que el trabajo requiere m\u00e1s agua para la regulaci\u00f3n de calor. Es obvio que si evitamos el trabajo, ahorraremos agua. Sabemos, sin embargo, que la tasa metab\u00f3lica no se reducir\u00e1 m\u00e1s debajo de su nivel normal en descanso, as\u00ed que no puede haber m\u00e1s ahorro de agua en este punto.<\/p>\n

Cuando se trata del calor ganado del medio, la situaci\u00f3n es m\u00e1s dif\u00edcil de evaluar. Se ha mencionado arriba que un incremento en la temperatura corporal reduce la carga de calor en el cuerpo. La comparaci\u00f3n de grupos de hombres que bebieron sin l\u00edmite con hombres que no ten\u00edan agua para beber mostr\u00f3 un ahorro de agua peque\u00f1o pero significante en el \u00faltimo grupo. La raz\u00f3n para esta diferencia no se ha establecido claramente, pero pudiera deberse a incrementos mayores de la temperatura del cuerpo en quienes no bebieron, reduciendo as\u00ed la carga de calor del medio. Sin embargo, puesto que la diferencia fue de s\u00f3lo 11 por ciento, no se espera un ahorro grande de agua.<\/p>\n

Por supuesto, la evaporaci\u00f3n de los pulmones no puede reducirse porque todas las observaciones indican que el aire expirado es aire saturado de vapor de agua. De cualquier manera, no habr\u00eda diferencia, porque el agua evaporada de los pulmones llevan calor, tal como lo hace el agua evaporada de la piel. Las peque\u00f1as cantidades de agua perdida con las heces y la orina (aproximadamente medio litro por d\u00eda) probablemente no puedan reducirse m\u00e1s. Aun si parte de esta agua pudiera ser ahorrada, la cantidad ser\u00eda insignificante comparada con la tremenda necesidad de agua para la formaci\u00f3n de sudor. As\u00ed, si pudi\u00e9ramos esperar una econom\u00eda en el uso de agua que tenga por resultado una reducci\u00f3n en la necesidad de beber, deber\u00edamos buscar una reducci\u00f3n en la producci\u00f3n de sudor. Hay una posibilidad que todav\u00eda no hemos discutido, la exclusi\u00f3n de calor externo por aislamiento de la superficie del cuerpo.<\/p>\n

El valor de la ropa<\/b><\/p>\n

Si se pone un ladrillo en el desierto, \u00e9ste comienza a ganar calor por conducci\u00f3n del aire y radiaci\u00f3n del sol y del entorno caliente. Obviamente, el aislamiento alrededor de un cuerpo fr\u00edo reduce la tasa de calor ganada en un medio caliente. Si el ladrillo se pone en un termo, se caliente m\u00e1s lentamente. El mismo efecto se puede hacer en el hombre. Adolph encontr\u00f3 que los individuos que vest\u00edan ropa de color claro y se sentaban bajo el sol ten\u00edan una tasa de evaporaci\u00f3n m\u00e1s lenta (que representa el calor ganado del medio ambiente) que los hombres que estaban desnudos. Como siempre, el grupo de Rochester recogi\u00f3 informaci\u00f3n posterior adicional muy valiosa. Los valores promedios observados durante el verano en el desierto mostr\u00f3 que los hombres que vest\u00edan color caqui hab\u00edan reducido su ganancia de calor externo al 55 por ciento de lo que se observaba en los hombres desnudos.<\/p>\n

El valor de la ropa var\u00eda de acuerdo con su naturaleza y con las condiciones externas. Basados en los experimentos publicados por Adolph, es razonable asumir que la ropa de color claro puede reducir el gasto de agua en un d\u00eda caliente en el desierto en aproximadamente dos tercios de su valor sin ropa. La conclusi\u00f3n ineludible es que, si se trata de la econom\u00eda de agua, los shorts y y playeras de manga corta no son la mejor prenda en el desierto.<\/p>\n

Puede ser parad\u00f3jico que la vestimenta sea una ventaja en los medios calientes. Hay, sin embargo, varios comentarios que hacer al respecto. Lo que hemos discutido es la econom\u00eda del agua, m\u00e1s que el confort. En un calor moderado es mucho m\u00e1s confortable vestir ropa ligera. Por otro lado, hemos encontrado que esta tendencia se revierte cuando las temperaturas son muy altas. Cuando el Desierto del Sahara est\u00e1 realmente caliente en junio, parece intolerable caminar un poco con la ropa ligera que usamos a principios de a\u00f1o. <\/p>\n

Por supuesto, el aislamiento en la forma de ropa no puede incrementarse indefinidamente. El calor metab\u00f3lico a\u00fan se produce y algo de calor llega al cuerpo de las superficies expuestas y a trav\u00e9s de la ropa. Todo este calor debe ser disipado por evaporaci\u00f3n de agua y la ropa que interfiera con la evaporaci\u00f3n es una desventaja. Por lo tanto, la ropa el ideal ser\u00eda un tipo que no impida la evaporaci\u00f3n de la piel pero que rinda un m\u00e1ximo de aislamiento protector contra la conducci\u00f3n y radiaci\u00f3n del medio. La ropa holgada son mejores que las ajustadas com\u00fanmente usadas por los hombres de Occidente porque permiten la circulaci\u00f3n del aire de tal manera que el sudor puede evaporarse de la piel m\u00e1s que empapar la ropa y evaporar de su superficie. La ropa blanca refleja m\u00e1s radiaci\u00f3n del espectro visible, pero para el rango infrarrojo (que contiene cerca de la mitad de la energ\u00eda total de la radiaci\u00f3n solar) su efecto no es tan grande como se supondr\u00eda y aun la ropa m\u00e1s blanca act\u00faa como un cuerpo negro perfecto. La radiaci\u00f3n de calor del suelo se da en el infrarrojo y otra vez la blancura de la ropa es insignificante, porque todas las clases de telas (excepto las superficies met\u00e1licas) son cuerpos negros. Los beduinos \u00e1rabes han desarrollado una ropa que se ajusta a la descripci\u00f3n mencionada arriba.<\/p>\n

Bibliograf\u00eda<\/b><\/p>\n

El trabajo m\u00e1s importante sobre fisiolog\u00eda del hombre en el desierto es el de Adolph, citado numerosas veces a lo largo de este trabajo. Aunque los estudios se realizaron el la d\u00e9cada de 1930, los resultados obtenidos no han sido superados con mucho.<\/p>\n

Adolph, E. F. et al. Physiology of man in the desert. Interscience, New York (1947), 357 p.<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
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El hombre es un excelente regulador de la temperatura que puede disipar calor por sudoración a una tasa de más de diez veces de la de su tasa metabólica en reposo. El hombre no puede almacenar agua y, si acaso, tiene poca habilidad para ser entrenado a usar menos agua en el desierto. La necesidad de agua es regida por la necesidad de disipación de calor.<\/p>\n<\/td>\n

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