{"id":11136,"date":"1999-01-25T00:00:00","date_gmt":"1999-01-25T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11136"},"modified":"2012-03-08T12:45:11","modified_gmt":"2012-03-08T18:45:11","slug":"los_origenes_del_alpinismo","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/1999\/los_origenes_del_alpinismo\/","title":{"rendered":"Los or\u00edgenes del Alpinismo"},"content":{"rendered":"
\n

¿Cu\u00e1ndo empez\u00f3 a practicarse el alpinismo?<\/p>\n

Ninguna historia de este deporte deja de mencionar, despu\u00e9s de la expedici\u00f3n b\u00edblica de Mois\u00e9s al monte Nebo, la tentativa hist\u00f3rica efectuada por un ligur en una alta muralla de roca, 106 a\u00f1os antes de Cristo.<\/p>\n

Salustio nos ha dejado el relato de esta ascensi\u00f3n en la “guerra de Yugurta”. El ligur pertenec\u00eda al ej\u00e9rcito de Marius y este ej\u00e9rcito asediaba una plaza fuerte protegida por “una monta\u00f1a elevada hasta perderse de vista y cortada naturalmente a poco como si la mano del hombre hubiera realizado la obra intencionalmente”.<\/p>\n

Seg\u00fan el relato, el ligur logr\u00f3 descubrir en aquella pared una v\u00eda de escalada. Realizando tal descubrimiento volvi\u00f3 a bajar, reuni\u00f3 una patrulla y la gui\u00f3 hasta la cumbre. La plaza fuerte cay\u00f3 as\u00ed.<\/p>\n

Puede dudarse de la “verticalidad” de la pared tal como Salustio nos la describe, pero no puede dudarse de la veracidad del hecho mismo. Sin embargo, no desempe\u00f1a m\u00e1s que un papel anecd\u00f3tico en la historia del alpinismo. Resultar\u00eda divertido pensar que el ligur practic\u00f3 el alpinismo como muchos lo practican hoy: hizo una hermosa “primera” y luego desempe\u00f1\u00f3 el papel de gu\u00eda. Pero el ligur efectu\u00f3 su tentativa impulsado por la necesidad y no por el deseo; nadie nos dice que hallara placer en ello y, en todo caso, su ejemplo no ha sido seguido. El alpinismo no exist\u00eda en la antigüedad, ni tampoco en la Edad Media. Esto no significa que se ignorara completamente la monta\u00f1a: pod\u00edan temerla o amarla, poblarla de dioses o de demonios, pero muy pocas veces escalarla. Se cuenta que entre 1275 y 1285, el rey Pedro de Arag\u00f3n decidi\u00f3 subir al Canig\u00f3 (2,785 metros), en los Pirineos, “para descubrir lo que hab\u00eda en la cumbre”, pero Irving, en “La conquête de la montagne”, juzga que hay que colocar esta haza\u00f1a “en los anales del alpinismo a lo Tartar\u00edn”. El rey iba acompa\u00f1ado de dos caballeros, pero \u00e9stos, llenos de terror, le abandonaron antes de llegar a la cumbre.<\/p>\n

El rey prosigui\u00f3 solo y a su regreso cont\u00f3 que hab\u00eda alcanzado la cumbre y encontrado un lago en ella. Daba toda clase de detalles: hab\u00eda tirado piedras al lago, pero entonces apareci\u00f3 un terrible drag\u00f3n que oscureci\u00f3 el aire al volar uy lo apest\u00f3 con su aliento.<\/p>\n

Irving no tiene inconveniente en concederle su drag\u00f3n al rey Pedro de Arag\u00f3n, pero hace constar que el lago m\u00e1s alto que puede encontrarse al subir al Canig\u00f3 est\u00e1 muy alejado de la cumbre, y que por esta raz\u00f3n ninguna revista alpina seria hubiera aceptado el relato del monarca.<\/p>\n

Estaremos mucho m\u00e1s cerca del verdadero principio del alpinismo con la conquista del Mont Aiguille, en el Dauphin\u00e9, por Antoine De Ville, se\u00f1or de Domp Julien. Esta ascensi\u00f3n tuvo lugar en 1492, pero no nos acercamos a los comienzos del alpinismo solamente por la fecha ni por el lugar en el que se desarrolla, sino por su misma naturaleza y por la significaci\u00f3n que hay que darle.<\/p>\n

Los que conocen el Mont Aiguille saben que es una monta\u00f1a de aspecto bastante impresionante. Es un gran monolito calc\u00e1reo cuya cumbre se eleva a unos 2,100 metros; puede encontrarse la v\u00eda en sus caras pulidas por la erosi\u00f3n, pero producen una sobrecogedora impresi\u00f3n de verticalidad. Mucho tiempo despu\u00e9s de la ascensi\u00f3n de Antoine De Ville, al Mont Aiguille sigui\u00f3 llam\u00e1ndosele “la monta\u00f1a inaccesible” y en los antiguos mapas del Dauphin\u00e9 se le designa todav\u00eda con este nombre. En la actualidad, el Mont Aiguille est\u00e1 lejos de ser considerado inaccesible y numerosas caravanas han conocido su sorprendente cumbre: una pradera de un kil\u00f3metro de longitud y un centenar de metros de anchura, pues el Mont Aiguille no se parece absolutamente a lo que se llama una “aguja” en t\u00e9rminos de alpinista, ya que su forma es la de un enorme fragmento de muralla redondeado en los bordes y erguido sobre un z\u00f3calo de pendientes muchos m\u00e1s suave.<\/p>\n

Tal como es en la actualidad, con cables en los lugares m\u00e1s peligrosos, se vacila todav\u00eda en recomendar la escalada al Monte Aiguille a los turistas miedosos o poco adiestrados. Algunas v\u00edas siguen siendo dif\u00edciles: por ejemplo, la que M. Dodero y M. y madame Thorant emplearon en el descenso en 1895 en la cara norte, y creo que hay algunos itinerarios que pueden servir perfectamente de adiestramiento para escalar.<\/p>\n

Fue a petici\u00f3n del rey Carlos VIII, mientras \u00e9ste se dirig\u00eda hacia Italia, que Antoine De Ville realiz\u00f3 la ascensi\u00f3n de la monta\u00f1a con diez compa\u00f1eros. Utilizaron escaleras, cables y clavijas para alcanzar la cumbre, sobre la cual pasaron tres d\u00edas, e hicieron constar su \u00e9xito por un alguacil. Cuentan haber encontrado en esta cumbre completamente aislada un reba\u00f1o de gamuzas, con las cr\u00edas del a\u00f1o, y no parecen preguntarse c\u00f3mo han podido llegar aquellas gamuzas.<\/p>\n

La ascensi\u00f3n del Mont Aiguille tuvo en su \u00e9poca interesante resonancia y merece que nos fijemos en ella por varios conceptos. En efecto, la tentaci\u00f3n de la monta\u00f1a apunta ya: un rey camina con su ej\u00e9rcito. No tienen ninguna necesidad de subir a la monta\u00f1a, pero el Mont Aiguille es considerado inaccesible por todo el mundo. El rey considera esto como un reto y manda a uno de sus hombres para vencer a la monta\u00f1a. Este hombre la vence empleando ?aunque sea de modo rudimentario? algunos de los procedimientos de la escalada moderna: por ejemplo, las clavijas, que introducen en las rajas de la roca y que les sirven para subir.<\/p>\n

Adem\u00e1s, esta ascensi\u00f3n es la primera oficialmente confirmada, y la victoria no es silenciosa, sino registrada al son de trompeta. En \u00faltimo lugar tambi\u00e9n es interesante la fecha de esta ascensi\u00f3n: el 26 de junio de 1492. La Edad Media ha terminado y la concepci\u00f3n que tiene el hombre de s\u00ed mismo y de sus relaciones con el mundo, incluso con la Divinidad, empiezan a transformarse de un modo radical. Ante el Mont Aiguille, Antoine De Ville no se maravilla o si lo hace, no se contenta s\u00f3lo con eso. Aparta los antiguos temores y no deja lugar para las viejas supersticiones. En la cumbre dif\u00edcilmente alcanzada de la monta\u00f1a, no toma a las gamuzas por dragones y demuestra, adem\u00e1s, que la escalada es f\u00edsicamente posible, lo mismo que los hombres del Everest demostraron que todav\u00eda es posible respirar, dormir y hallar alg\u00fan reposo a los 8,200 metros de altura, cuando el aire ha perdido cerca de las dos terceras partes de ox\u00edgeno que contiene al nivel del mar.<\/p>\n

Indudablemente, hay motivos para considerar que el nacimiento del alpinismo data del 26 de julio de 1492, pero se trata de un nacimiento anticipado, un nacimiento sin ma\u00f1ana inmediato, ya que habr\u00eda que esperar cerca de 350 a\u00f1os para que el Mont Aiguille sea escalado de nuevo (por el pastor Jean Liotard, el 16 de junio de 1834) en una \u00e9poca en que el alpinismo ha empezado a desarrollarse realmente.<\/p>\n

Aunque cargada de ense\u00f1anzas, la ascensi\u00f3n del Mont Aiguille no es m\u00e1s que la obra de unos precursores muy lejanos.<\/p>\n

No nos entretendremos en detallar las ascensiones que han podido seguirla en el curso del Renacimiento o en el siglo XVII, y nos contentaremos con recordar que en una fecha que no puede precisarse exactamente (1511 o 1516), Leonardo De Vinci escal\u00f3 una cumbre a la que \u00e9l llama “el Monboso”. Como el Monboso no existe, es de suponer que Vinci hizo la ascensi\u00f3n del Mont Bô (2,556 m.), al sur del Mont Rose. Conviene recordar tambi\u00e9n que en la cumbre se dedic\u00f3 a observaciones cient\u00edficas. En efecto, una de las primeras justificaciones que encontrar\u00e1 el alpinismo en sus comienzos, cuando intenta todav\u00eda justificarse con algo exterior a s\u00ed mismo, es precisamente esa justificaci\u00f3n cient\u00edfica. Se subir\u00e1 a las monta\u00f1as con un bar\u00f3metro o un term\u00f3metro, pero, sin duda, Pascal era el \u00fanico que pensaba verdaderamente en la ciencia cuando hac\u00eda subir al Puy de Dôme para estudiar la diferencia de la presi\u00f3n barom\u00e9trica entre la base de la monta\u00f1a y su cumbre.<\/p>\n

En todo caso es un hombre de ciencia el que encontraremos en los or\u00edgenes del alpinismo contempor\u00e1neo: Benedict de Saussure llegaba al valle de Chamonix en 1760 para proseguir su estudio sobre los glaciares.<\/p>\n

Saussure es un verdadero sabio, pero hace el efecto de que la ciencia, para \u00e9l, no fue el pretexto, sino la justificaci\u00f3n del alpinismo. En todo caso, \u00e9l mismo separa los dos puntos de vista y escribe sencillamente como un alpinista: “Desde mi infancia he sentido una gran pasi\u00f3n por la monta\u00f1a; todav\u00eda recuerdo c\u00f3mo me sobrecog\u00ed la primera vez que mis manos tocaron la primera roca de la Salève y mis ojos disfrutaron de sus espl\u00e9ndidas vistas”.<\/p>\n

Y desde el a\u00f1o 1760, el objeto preciso de esta pasi\u00f3n ser\u00e1 el Mont Blanc. Saussure desea que sea escalado y espera poder escalarlo \u00e9l mismo. “Esto era para m\u00ed una especie de enfermedad: mis ojos no pod\u00edan divisar el Mont Blanc sin experimentar una especie de choque doloroso.” En 1760, Saussure ofrece una recompensa al hombre que logre llevar a cabo la primera ascensi\u00f3n.<\/p>\n

No hay que olvidar que en aquel tiempo las monta\u00f1as del macizo del Monta Blanc eran llamadas todav\u00eda por algunos de los habitantes de los valles “las monta\u00f1as malditas”, y a pesar de la recompensa prometida por Saussure, fue preciso esperar todav\u00eda bastante tiempo antes de que nadie se decidiera a explorarlas. Las primeras tentativas serias no tuvieron lugar hasta 1775.
A pesar de todo, Saussure no tard\u00f3 en encontrar a un rival en la persona de Bourrit, el cual efectu\u00f3 una tentativa hacia la cumbre en un grupo del cual formaba parte el doctor Paccard de Chamonix.<\/p>\n

Tambi\u00e9n participaba en algunas de estas tentativas el joven y robusto “buscador de cristales” Jacques Balmat.<\/p>\n

Poco a poco se descubr\u00eda la v\u00eda, poco a poco el \u00e9xito se aproximaba, y el 8 de agosto de 1786, despu\u00e9s de una escalada de cerca de quince horas desde el lugar desde el cual hab\u00edan vivaqueado, Paccard y Balmat fueron los primeros en alcanzar la cumbre del Mont Blanc.<\/p>\n

El 2 de agosto de 1797, Balmat repite la ascensi\u00f3n del Mont Blanc; esta vez le acompa\u00f1a Saussure, que conoce por fin la alegr\u00eda de alcanzar una cumbre de la cual puede decirse que ha sido conquistada en gran parte gracias a \u00e9l.<\/p>\n

Y desde 1797 hasta 1865 casi la totalidad de las grandes cumbres de los Alpes son alcanzadas por primera vez.<\/p>\n

[…..]<\/p>\n

El 14 de julio de 1865 fue el d\u00eda de una gran victoria, pero tambi\u00e9n el de una de las mayores cat\u00e1strofes de alta monta\u00f1a. “El Cervino ?escribe Whymper? fue vencido con una imprevista facilidad, pero como un implacable enemigo, vencido pero no aniquilado, se veng\u00f3 terriblemente de su derrota”.<\/p>\n

En efecto, en el descenso se rompi\u00f3 una cuerda a consecuencia de un resbal\u00f3n de uno de los miembros de la caravana y cuatro hombres murieron: Michel Croz. Hadow, Hudson y Lord Douglas. La conquista del Cervino y el accidente que le sigui\u00f3 el fin de las grandes ascensiones de Whymper en los Alpes.<\/p>\n

\n

…Les digo a mis lectores <\/i>\u00bfescribi\u00f3 el viejo alpinista<\/i>?: escalad si quer\u00e9is, pero recordad que el valor y la fuerza no son nada sin la prudencia que en un momento de descuido puede destruir la felicidad de toda una vida. No hag\u00e1is nada precipitadamente, vigilad bien cada uno de vuestros pasos y, al empezar una expedici\u00f3n, pensad cual puede ser su fin.<\/i><\/p>\n<\/blockquote>\n

Despu\u00e9s de la conquista del Cervino, una fase nueva se abre para el alpinismo. Ya no quedan cumbres muy altas para escalar, as\u00ed es que los hombres vuelven a as que han sido ya conquistadas, pero por v\u00edas nuevas y cada vez m\u00e1s dif\u00edciles. Entonces nade lo que Guido Rey llam\u00f3 “el alpinismo acrob\u00e1tico”. Todas las cumbres son reconquistadas por sus caras o sus aristas m\u00e1s terribles, y el “terreno de juego” de Europa se agota poco a poco para los hombres en busca de placeres, de alegr\u00edas o de peligros completamente nuevos.<\/p>\n

El esp\u00edritu de competici\u00f3n se desarrolla tambi\u00e9n. Realmente, ese esp\u00edritu exist\u00eda ya y los alpinistas se consideraban entre s\u00ed como rivales. Desde la cumbre del Cervino, el propio Whymper tiene un gesto completamente desprovisto de elegancia cuando, despu\u00e9s de llegar como vencedor, hace rodar piedras hacia una cordada italiana que aquel mismo d\u00eda intentaba la escalada por otra v\u00eda. “Los italianos, asustados, se retiraron a toda prisa”.<\/p>\n

Hoy no se le ocurrir\u00eda a nadie utilizar semejantes procedimientos para obligar a retirarse a una cordada rival, pero la rivalidad alpina ha persistido hasta nuestros d\u00edas y se ha hecho m\u00e1s encarnizada al disminuir el n\u00famero de empresas nuevas que pod\u00edan intentarse. Al mismo tiempo se ha formado un nuevo tipo de escalador, audaz hasta la temeridad y firmemente decidido a pasar por cualquier parte que sea posible hacerlo, alcanzando el extremo l\u00edmite de las fuerzas humanas.<\/p>\n

Los ingleses hab\u00edan desempe\u00f1ado un papel important\u00edsimo de la primera conquista de los Alpes. Un ingl\u00e9s, Mummery, desempe\u00f1a uno muy destacado en lo que ha podido llamarse la “reconquista”, y puede ser considerado realmente como el precursor principal de la forma acrob\u00e1tica de la escalada y el fundador de las t\u00e9cnicas de ascensi\u00f3n actualmente empleadas en la roca. Durante el curso de muchas temporadas de escalada en los Alpes, Mummery llev\u00f3 a cabo las ascensiones m\u00e1s hermosas de su \u00e9poca, como la del Aiguille Verte por la Charpoua y del Cervino por la arista de Zmutt o del Grep\u00f3n. No vacil\u00f3 en utilizar las m\u00e1s m\u00ednimas presas, inaugur\u00f3 la escalada de las hendiduras haciendo cu\u00f1a con el pie o la mano, fue el primer gran escalador contempor\u00e1neo y supo definir cu\u00e1l deb\u00eda ser el estado de \u00e1nimo del escalador al escribir: “Las losas desnudas y descarnadas, los grados angulosos y verticales que cortan una arista, el hielo negro que sobresale en los corredores, esto es, en verdad, lo que constituye el alma de la vida.”<\/p>\n

El “terreno de juego” se agota poco a poco y algunos alpinistas se alejan ya de los Alpes. Una primera expedici\u00f3n al C\u00e1ucaso fue realizada en 1868 por los ingleses, que lograron la ascensi\u00f3n del Elbruz y el Kasbjek.<\/p>\n

En 1979, Whymper se dirige a la cordillera de los Andes, acompa\u00f1ado por unos gu\u00edas europeos, los Carrel, y conquistan el Cotopaxi (5,400 m.) y el Chimborazo (6,500 m.)<\/p>\n

La era del Himalaya se aproxima. En realidad, ha comenzado ya, y desde el a\u00f1o 1854 dos ge\u00f3grafos alemanes, los hermanos Schlagintweit, hab\u00edan hecho en el Garhwal no solamente una expedici\u00f3n cient\u00edfica, sino que hab\u00edan intentado la ascensi\u00f3n de una cumbre: el Kamet, logrando alcanzar una altura de 6,700 metros antes de retroceder.<\/p>\n

Por otra parte, las expediciones en los Andes o en el C\u00e1ucaso pueden ser consideradas bastante frecuentemente como pruebas de adiestramiento del hombre en las grandes altitudes antes de abordar los enormes problemas himalayanos.<\/p>\n

El Himalaya empieza, antes de que se haya terminado verdaderamente con los Alpes; hay una especia de interferencia normal entre la “reconquista” de los Alpes y los principios de la conquista del Himalaya, y las victorias de las grandes caras norte de los Alpes no habr\u00e1n concluido todav\u00eda cuando algunos hombres hayan alcanzado ya algunos \u00e9xitos y muchos fracasos en el Himalaya.<\/p>\n

As\u00ed es que el mismo a\u00f1o 1938 en que se intenta escalar por primera vez el K2 (8,500 metros), Vorg, Heickmair, Kasparek y Harrer consiguen en los Alpes la primera ascensi\u00f3n de la aterradora pared norte del Eiger y los franceses Fourastier y Madier la primera ascensi\u00f3n de la cara norte del Rateau.<\/p>\n

Y en el a\u00f1o 1936, cuando Odell y Tilman alcanzaban la cumbre de la Nanda Devi, a 7,822 metros de altitud, Gervasutti y Lucien Devies lograban la “primera” de la muralla noreste del Ailefroide.<\/p>\n

El primer “terreno de juego” de los alpinistas se ha agotado poco a poco, al menos para aquellos que no piensan solamente en jugar, sino que quieren, adem\u00e1s, que el juego los conduzca a lugares que nadie haya alcanzado antes que ellos.<\/p>\n

La t\u00e9cnica del alpinismo ha hecho tambi\u00e9n grandes progresos. Para las ascensiones de hielo se ha introducido el uso de los “crampones”, que permiten ganar tiempo evitando sobre ciertas pendientes las largas y fastidiosas tallas de pelda\u00f1os. En la roca se han empleado cada vez m\u00e1s las clavijas de acero, que, incrustadas en las min\u00fasculas fallas de la piedra, permiten trepar por paredes en las cuales no existen presas [escalada artificial], aumentan la seguridad de los escaladores y son favorables a ciertos descensos usando el rappel cuando no hay ning\u00fan saliente de roca al cual pueda colocarse una anilla de cuerda.<\/p>\n

La conquista y la reconquista de los Alpes conducen al asalto del Himalaya, pero los que pueden conducir este asalto son poco numerosos.<\/p>\n<\/div>\n

<\/p>\n

<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
¿Cuándo empezó a practicarse el alpinismo?… Estaremos mucho más cerca del verdadero principio del alpinismo con la conquista del Mont Aiguille, en el Dauphiné, por Antoine De Ville, señor de Domp Julien. Esta ascensión tuvo lugar en 1492, pero no nos acercamos a los comienzos del alpinismo solamente por la fecha ni por el lugar en el que se desarrolla, sino por su misma naturaleza y por la significación que hay que darle.<\/div>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1026,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1015],"tags":[],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-2TC","_links":{"self":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11136"}],"collection":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1026"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11136"}],"version-history":[{"count":1,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11136\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":16906,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11136\/revisions\/16906"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11136"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11136"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"http:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11136"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}