{"id":11127,"date":"2000-05-15T00:00:00","date_gmt":"2000-05-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11127"},"modified":"2012-11-18T19:16:44","modified_gmt":"2012-11-19T01:16:44","slug":"solo_la_primera_ascension_en_solitario_al_nanga_parbat","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2000\/solo_la_primera_ascension_en_solitario_al_nanga_parbat\/","title":{"rendered":"Solo. La primera ascensi\u00f3n en solitario al Nanga Parbat"},"content":{"rendered":"
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Reinhold Messner. Solo. La primera ascensi\u00f3n en solitario al Nanga Parbat<\/i>. RM (Aventura), Barcelona, 1980. 258 p\u00e1ginas. ISBN: 84-7204-080-1<\/p>\n\n\n
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El camino a la cumbre es, como el camino hacia uno mismo, una marcha en solitario.<\/i> <\/p>\n

Alessandro Gogna (alpinista milan\u00e9s, cit. p. 200) <\/p>\n

En medio de la fantas\u00eda me veo obligado a tomar decisiones que, por temerarias, me parecen inalcanzables. Buscar lo posible en lo imposible, la realidad en los sue\u00f1os… Algo que conozco muy bien. ¿Acaso no es maravilloso trazar l\u00edneas sobre los flancos de una monta\u00f1a sin escalarla?<\/i> <\/p>\n

Reinhold Messner (p. 79)\n <\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

\". “Acabo de superar un escal\u00f3n vertical y, ya casi sin respiraci\u00f3n, observo desde aqu\u00ed arriba que no puedo retroceder. Mis m\u00fasculos est\u00e1n como paralizados; estoy sudando a pesar de que hace fr\u00edo dentro de la tienda. Hay escarcha sobre la oscura tela que me cubre. Digo algo, grito, pero me no oigo a m\u00ed mismo. Siento c\u00f3mo el miedo atenaza mi cuerpo. Quiero chillar.”<\/p>\n

As\u00ed inicia Reinhold Messner la narraci\u00f3n de una de las ascensiones m\u00e1s importantes en el Himalaya: escalar solo una monta\u00f1a de ocho mil metros, pero en este caso no es “s\u00f3lo” una de las m\u00e1s altas monta\u00f1as del mundo, sino la “«Monta\u00f1a del destino»; as\u00ed es denominado el Nanga Parbat.” En esa monta\u00f1a, los hermanos Reinhold y G\u00fcnther Messner realizaron la primera ascensi\u00f3n por la pared m\u00e1s alta del mundo, en el flanco del Rupal, en 1970 y tuvieron que descender por el flanco del Diamir, es decir: del otro lado de la monta\u00f1a, en donde G\u00fcnther perdiera la vida.<\/p>\n

De esta forma, el Nanga Parbat se convierte en una obsesi\u00f3n para Messner, pero es ah\u00ed donde tendr\u00eda que aplicar la filosof\u00eda que desarrollara en Europa cuando la discusi\u00f3n sobre el s\u00e9ptimo grado:<\/p>\n

“«La soluci\u00f3n de los problemas del Himalaya exige que se resuelvan otros, como los referentes a la conquista de nuestros Alpes Orientales y Occidentales, pero no es lo mismo tener que concentrar la energ\u00eda f\u00edsica y espiritual en unos d\u00edas que en varios meses. En el Himalaya no juega un papel tan importante el ataque r\u00e1pido, que exige un gran esfuerzo de la voluntad y que muy frecuentemente es el factor decisivo en la escalada de las paredes m\u00e1s dif\u00edciles de nuestros Alpes. All\u00ed, en el Himalaya, las cualidades esenciales son la perseverancia constante hasta el final y el estar preparado en todo momento para la lucha, En el Himalaya es decisiva la cooperaci\u00f3n de caracteres semejantes, el trabajo en com\u00fan, no al servicio de la ambici\u00f3n personal sino \u00fanicamente al de la conquista de la gran meta.»<\/p>\n

“Estoy cansado de leer siempre lo mismo. No me gusta. Soy demasiado individualista, no me pueden gustar semejantes m\u00e9todos. Por eso tampoco descubr\u00ed la fascinaci\u00f3n de los ochomiles hasta el d\u00eda en que vi el Nanga Parbat. Fue el primer ochomil que conquist\u00e9.” (p. 23-24)<\/p>\n

La historia personal de Messner en el Nanga Parbat tiene un gran peso en la decisi\u00f3n de ir solo, porque “Ahora quiero demostrarme a m\u00ed mismo qu\u00e9 significa estar solo. Por ello voy al Nanga Parbat. Cuando por casualidad me encuentre en compa\u00f1\u00eda de alguien, no le descubrir\u00e9 nada de m\u00ed ni de mis sue\u00f1os. No quiero ir otra vez all\u00ed con el \u00fanico prop\u00f3sito de vencer o fracasar. Sencillamente, quiero ir… No me estremece pensar que voy a escalar solo. S\u00ed me aterroriza verme toda la vida haciendo lo mismo que he hecho en las seis semanas comprendidas entre lo del Everest y el Nanga Parbat.” (p. 38) “…contra viento y marea, yo seguir\u00e9 mi propio camino. No quiero morir de inactividad, cansado de tanto decir «¿Qu\u00e9 tal est\u00e1?» y de tanto estrechar la mano…” (p. 39) Pero:<\/p>\n

“Tampoco me result\u00f3 f\u00e1cil prescindir del mundo habitado y crearme uno propio, si quer\u00eda seguir viviendo. He estado demasiado tiempo sujeto a todo, de modo que me he agotado a m\u00ed mismo y a aquellas personas en las que me apoyaba. Ahora quiero jugar mi propio juego, sin titubeos ni arrepentimientos, aunque lo pierda todo en el Nanga Parbat.” (p. 43)<\/p>\n

“Mi prop\u00f3sito no es realizar una haza\u00f1a de la que hablen las generaciones futuras. S\u00e9 demasiado bien que todo acaba por ser olvidado; y me parece correcto que as\u00ed sea. Tan s\u00f3lo me interesan el aqu\u00ed y el ahora.” (p. 65)<\/p>\n

“Son las cuatro de la tarde del nueve de agosto [de 1978] cuando llego a la cumbre.” (p. 164) Tres d\u00edas de escalada desde su campamento base, al pie de la pared del Diamir, le han llevado hasta ah\u00ed. De retorno en su vivac 2, “Me duermo sabiendo que el tiempo va a empeorar.” (p. 174) Un d\u00eda queda detenido ah\u00ed y al siguiente, sabiendo que el buen tiempo no durar\u00e1, decide bajar de la monta\u00f1a:<\/p>\n

“11 de agosto. Por la ma\u00f1ana observo que el tiempo ha experimentado una mejor\u00eda, aunque sigue siendo malo. Sin detenerme a pensarlo mucho, tomo la decisi\u00f3n adecuada: dejar todo tal como est\u00e1 y descender. Antes, tirar\u00e9 en una grieta el equipo completo: tienda, saco, hornillo… En la mochila llevo tan s\u00f3lo unas pel\u00edculas, la c\u00e1mara y algunas cositas como al alt\u00edmetro y las gafas de glaciar.<\/p>\n

“Nada me retiene aqu\u00ed. A las 5 de la madrugada ya estoy fuera de la tienda. Decidido: me lo voy a jugar todo a una carta. Tambi\u00e9n me dejo las provisiones: las sopas, el fog\u00f3n, todo. Tengo que llegar hoy al Campamento Base, y eso de un solo tir\u00f3n. Esto supone salvar un desnivel de 3,000 metros, yendo por la ruta m\u00e1s directa y escarpada. De no lograrlo, no sobrevivir\u00e9 a la noche.” (p. 182) “¡Qu\u00e9 maravilloso es poder decidir todo solo! Aqu\u00ed no soy responsable de nadie, excepto de m\u00ed mismo.” (p. 181)<\/p>\n

El descenso es por una nueva v\u00eda del flanco del Diamir pues la que us\u00f3 para ascender cay\u00f3 durante un terremoto dos d\u00edas antes: “El couloir de hielo por el que quiero descender es el lugar m\u00e1s peligroso del Nanga Parbat. As\u00ed me digo: si todav\u00eda me queda alguna ruta, es \u00e9sta” (p. 183) En una pared que nadie ha escalado antes, Messner baja “mirando a la pared, con el piolet en la mano derecha y una manopla cubriendo la izquierda, para apoyarse…” (p. 183)<\/p>\n

Ese mismo d\u00eda llega agotado al Campamento Base y se convierte en el primer hombre en escalar una monta\u00f1a de ocho mil metros totalmente solo, por una nueva v\u00eda. Por supuesto, ya en el Campamento surgen preguntas importantes:<\/p>\n

\u2014"¿Crees que te van a imitar?<\/p>\n

\u2014"Seguro. Y las generaciones venideras har\u00e1n este tipo de expediciones con m\u00e1s elegancia y facilidad. Escalar en un d\u00eda y todav\u00eda con menos medios t\u00e9cnicos un ochomil por una pared dif\u00edcil: hasta ah\u00ed tenemos que llegar. Yo s\u00f3lo he puesto los cimientos. S\u00ed, ellos lo resolver\u00e1n todo con m\u00e1s elegancia. Avanzar\u00e1n apoy\u00e1ndose en sus propios conocimientos y nunca m\u00e1s en los medios materiales. Y tachar\u00e1n de los manuales lo que nosotros hemos establecido como l\u00edmite entre las posibilidades del ser humano, porque ellos los superar\u00e1n airosamente. Y ser\u00e1n ellos quienes critiquen sus propios objetivos una vez alcanzados. Pero deben triunfar en todas las expediciones con seguridad y honradez, pues s\u00f3lo as\u00ed podr\u00e1n acallar sin clemencia a todos aquellos que no se conforman con ser presuntuosos, sino que adem\u00e1s hablan en voz alta. Esta expedici\u00f3n, anterior a ellos y compuesta por un solo hombre, ha contribuido echando abajo el prejuicio de que los ochomiles pueden ser escalados \u00fanicamente por grupos. Se pensaba que las cimas del Himalaya estaban por encima de las alturas «m\u00e1gicas», y la tan extendida idea de escalar en solitario era tomada como una herej\u00eda. Pero es la misma historia de siempre: lo que hoy se r\u00ede como una locura, ma\u00f1ana es ortodoxo. As\u00ed sucedi\u00f3 con el s\u00e9ptimo grado, con el Everest sin ox\u00edgeno, y as\u00ed suceder\u00e1 con esta escalada en solitario.” (p. 194)<\/p>\n

Como todos los de Messner, \u00e9ste es un libro que se lee con fluidez, con puntos importantes para ser discutidos y valorados. Narraci\u00f3n extremadamente personal, es tambi\u00e9n la historia de las ascensiones al Nanga Parbat hasta 1978, con un enfoque muy particular.<\/p>\n

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Desde que en 1954 Hermann Buhl ascendiera el Nanga Parbat en solitario, hubo algunos pocos que se preguntaron si el Nanga u otra de las montañas altas del Himalaya podría ser ascendida en solitario. Solo<\/i> es el testimonio de esa experiencia por Reinhold Messner: un ocho mil en solitario desde su base hasta su cumbre en estilo alpino.<\/p>\n<\/td>\n

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