{"id":11124,"date":"2000-04-15T00:00:00","date_gmt":"2000-04-15T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11124"},"modified":"2012-11-18T19:14:29","modified_gmt":"2012-11-19T01:14:29","slug":"septimo_grado","status":"publish","type":"post","link":"http:\/\/montanismo.org\/2000\/septimo_grado\/","title":{"rendered":"S\u00e9ptimo grado"},"content":{"rendered":"
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Reinhold Messner. S\u00e9ptimo Grado<\/i>. RM, Barcelona, 1982. 208 p\u00e1ginas. ISBN: 84-7204-103-4<\/p>\n

\n \". "Estamos a punto de alcanzar el s\u00e9ptimo grado. Al menos s\u00ed estoy seguro que se est\u00e1 gestando. Entretanto, muchos dominan ya el sexto grado y unos cuantos lo han superado ya. Siempre ha habido esta diferencia entre muy buenos escaladores y buenos escaladores. A finales de los a\u00f1os cincuenta y durante toda la d\u00e9cada de los sesenta, el alpinismo entr\u00f3 en el callej\u00f3n sin salida de la escalada t\u00e9cnica con clavijas. Se ten\u00eda la idea equivocada de que se pod\u00edan solucionar, y tambi\u00e9n crear, m\u00e1s problemas de alpinismo incrementando el uso de medios artificiales, con la esperanza de ampliar as\u00ed la escala de dificultad." (p. 40)<\/p>\n

Lo anterior lo escrib\u00eda Reinhold Messner en 1970, cuando se libraba una batalla ideol\u00f3gica dentro del alpinismo: la llamada "escalada t\u00e9cnica" estaba invadiendo todos los espacios donde antes se hab\u00eda instalado un alpinista con creatividad.<\/p>\n

"La irrupci\u00f3n de los medios auxiliares ha dejado maltrecho el baremo por el que se med\u00eda la accesibilidad de una pared por medios naturales. Antes, el escalador divid\u00eda mentalmente la pared, seleccionaba las partes escalables y compon\u00eda con ellas una v\u00eda \u00fanica, invariable incluso bajo las peores condiciones climatol\u00f3gicas. Ahora ha tenido que ceder en inter\u00e9s de los seguidores de la nueva tendencia, consistente en labrar superdirect\u00edsimas en las paredes, escaleras hacia el cielo." (Karl Greitbauer, cit. en p. 24)<\/p>\n

¿En qu\u00e9 consist\u00eda el tema "S\u00e9ptimo Grado" que tantas y tan prolongadas pol\u00e9micas hizo surgir? La raz\u00f3n era sencilla: a mediados de los a\u00f1os veinte, Willo Welzenbach y Adolf Deye establecieron una escala de dificultad para la escalada que consist\u00eda en seis grados que correspond\u00edan a la siguiente clasificaci\u00f3n: I, f\u00e1cil; II, medianamente dif\u00edcil; III, dif\u00edcil, IV, muy dif\u00edcil; V, seriamente dif\u00edcil y VI, extremadamente dif\u00edcil. Por supuesto, en el mundo del alpinismo de entonces, quien escalaba un sexto grado era de los mejores.<\/p>\n

Sin embargo, esta escala adolec\u00eda de un defecto que estaba por ponerse en evidencia: no consideraba que las dificultades siempre se incrementaban. De esta manera, quien hac\u00eda una escalada algo m\u00e1s dif\u00edcil de lo que se conoc\u00eda entonces como sexto grado y que antes era considerado imposible, hac\u00eda que todos los dem\u00e1s grados se "devaluaran". La escala fue aceptada y aplicada casi sin restricciones hasta que la dificultad comenz\u00f3 a ser muy elevada. "La \u00fanica manera de ampliar la escala de dificultad consist\u00eda en entrenarse para este fin." (p. 37), y como en ese entonces no era habitual hacerlo, la idea de ser "escalador nato" se implant\u00f3 junto con la "escalada t\u00e9cnica".<\/p>\n

"En cada \u00e9poca se plantean determinados «problemas» de escalada, a trav\u00e9s de los cuales se manifiesta el estado del alpinismo en ese momento. Como consecuencia l\u00f3gica del impulso natural hacia lo nuevo, las metas del alpinismo son cada vez m\u00e1s ambiciosas. Por lo que la b\u00fasqueda de nuevos medios auxiliares que sirvan para solucionar tales problemas es igualmente grande." (Dietrich Hasse, cit. en p. 21-22)<\/p>\n

Quienes apoyaban las escaladas "t\u00e9cnicas" sosten\u00edan que la monta\u00f1a pod\u00eda ser abarcada y conquistada a como diera lugar, sin importar si para ello se colocaban v\u00edas llenas de clavos, incluso de expansi\u00f3n. "Se escala por muchas razones. El alpinismo no es solamente una actividad deportiva, tambi\u00e9n es saber gozar del movimiento y de la naturaleza. No est\u00e1 bien que se les impida divertirse a los que no pueden prescindir de las clavijas" (Peter Bednar, cit. en p. 47)<\/p>\n

En contraposici\u00f3n a esta forma de ver la escalada, que se supon\u00eda "moderna", algunos de los mejores escaladores iniciaron la batalla: "…una ruta no se califica de «temeraria» \u00fanicamente en raz\u00f3n de su inclinaci\u00f3n o su longitud. En mi opini\u00f3n hay una sola manera de realizarlas: venciendo las mismas dificultades de siempre, s\u00f3lo que con menos medios auxiliares" (p. 37-38) "Puede parecer absurdo, en pleno siglo XX, situarse en contra de la t\u00e9cnica y calificarla de «atraso». ¡T\u00e9cnica=progreso! ¡Seguro! ¿Pero tambi\u00e9n en alpinismo?" (p. 38)<\/p>\n

Desde el punto de vista hist\u00f3rico y pese a que la escala se hab\u00eda establecido en los a\u00f1os veinte, "Es interesante observar que el quinto grado de dificultad alcanz\u00f3 su madurez con Mummery, y que tras Preuss vino el sexto; y no es exagerado afirmar que Bonatti y cozzolino han introducido el s\u00e9ptimo grado de dificultad" (p. 49)<\/p>\n

Ante todo, la discusi\u00f3n de la validez de una escalada con medios artificiales era el punto m\u00e1s notorio: "Si no se est\u00e1 a la altura de una pared, es preferible desistir. Ma\u00f1ana, o quiz\u00e1 dentro de diez a\u00f1os, vendr\u00e1n otros mejores que puedan hacerlo" (p. 40) "…numerosos escaladores, a medida que los medios auxiliares t\u00e9cnicos se iban perfeccionando y resultaban cada vez m\u00e1s eficaces, se han impuesto a s\u00ed mismos ciertas restricciones, a fin de conservar una determinada dosis de emoci\u00f3n y evitar que nazca la incomprensi\u00f3n entre el hombre y la monta\u00f1a." (p. 54)<\/p>\n

El s\u00e9ptimo grado, "entendido como lo todav\u00eda posible m\u00e1s all\u00e1 de lo considerado como imposible hasta entonces, y no «lo imposible hecho posible»", se instal\u00f3 no s\u00f3lo por tener un n\u00famero m\u00e1s y una escala m\u00e1s amplia, sino sobre todo porque era necesario. Era la gran barrera que hab\u00eda que saltar para resolver los problemas de la \u00e9poca, que resid\u00edan en mayores dificultades y mayor seguridad:<\/p>\n

"Yo soy un escalador conservador, y por ese motivo ten\u00eda suficiente con los medios auxiliares m\u00e1s sencillos. En aquel momento de nada me habr\u00edan servido las clavijas de expansi\u00f3n o un traje de plumas. Por fortuna no me hab\u00eda habituado a su uso y s\u00ed hab\u00eda aprendido a no perder la serenidad en las peores situaciones. En nuestra tecnificada \u00e9poca, a veces el atraso significa seguridad y progreso." (p. 115)<\/p>\n

"El VI grado se encuentra hoy d\u00eda al alcance de gente sin talento pero que escala mucho. El VII grado lo alcanzan los que, adem\u00e1s de escalar muy a menudo, tambi\u00e9n poseen la chispa del genio. Por \u00faltimo, el VIII grado tal vez lo hayan conquistado ya aquellos que tienen talento, escalan muy a menudo, entrenan mucho y no se desmoralizan nunca. El VII grado contribuye a que las antiguas rutas de V grado no tengan que ser valoradas con II+ cualquier d\u00eda. Este [el VII grado] comienza all\u00ed donde se acaba el alpinismo de mentalidad conservadora." (Luggi Reiser, cit. en p. 163-164)<\/p>\n

El S\u00e9ptimo Grado habla principalmente de las escaladas de Messner a finales de la d\u00e9cada de los sesenta, todas ellas interesantes porque son precisamente el reflejo de esa nueva mentalidad que estaba surgiendo. Libro ameno y pr\u00e1cticamente indispensable para ubicar dentro de la historia a la escalada de cualquier pa\u00eds, nos recuerda que lo que ha pasado una vez, puede suceder de nuevo.<\/p>\n

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El libro clásico de Reinhold Messner que se ha leído mucho pero entendido muy poco. A partir de aquí, Messner comenzó a enviar al mundo ideas que con el paso del tiempo revolucionarían el mundo del alpinismo y la forma de ir a las montañas.<\/p>\n<\/td>\n

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