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Montañismo y Exploración
Jon y Erik alrededor de la isla Ellsemere, Canadá
24 noviembre 2011

Poco conocida, la Isla Ellesmere, en el Círculo Polar Ártico, guardaba un reto que nadie había afrontado: su circunnavegación. Jon Turk y Erik Boomer lo terminaron tras 104 días. En kayak.







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¿Plan alterno? Creo que no tenemos un plan alterno. ¿Llamar al rescate, pagarlo con nuestra tarjeta de crédito y declararnos en bancarrota? No, eso no es buen estilo. Nuestro Plan alterno es completar esta expedición tal como está planeada.

Jon Turk

Vilhjallmur Stefansson dijo que las aventuras sólo ocurren cuando se cometen errores. Si no hay errores, entonces es muy aburrido desde el punto de vista del mundo exterior. Bueno, nosotros tuvimos nuestros errores.

Jon Turk

Es la tercera isla más grande de Canadá y la décima en el mundo. Tiene el punto más septentrional de América, que Robert Peary lo usó como base para su viaje al Polo Norte. Por todos lados, la isla forma varios canales con diferentes islas y la corriente ahí se hace tan rápida que incluso en invierno suele estar libre de hielo.

Tierra de osos y lobos, de fuertes vientos y corrientes desconocidas que se rompen el pack de hielo del Ártico, la isla es conocida como punto de referencia del Paso del Noroeste, pero parece estar un poco olvidada: la mayoría se dirige a su vecina Groenlandia, a pocos kilómetros más al este.

Sin embargo, en Ellesmere aún faltaba por hacer algo: una de las últimas aventuras polares del Ártico. Considerada como una gran empresa de exploración polar, la circunnavegación de la Isla Ellesmere, Jon Turk (65) y Erik Boomer (26) la terminaron el pasado 19 de agosto, tras 104 días de desplazarse en kayak, en esquíes o a pie, según lo necesitara el terreno y alcanzar una latitud de más de 83º norte.

“La Isla Ellesmere es uno de los puntos terrestres más cercanos al Polo Norte. Reconocido por muchos como una de las últimas grandes expediciones árticas, esta circunnavegación seguirá la escarpada y traicionera costa durante 2,500 kilómetros.”

La idea vino de Jon y en breve su amigo Tyler Bradt se unió e invitaron a Erik Boomer. Tyler tuvo un accidente y no pudo participar pero aún así les ayudó con la organización general, que no fue poca: planear una expedición donde todos los datos son suposiciones es remontarse a los tiempos de las exploraciones donde nada se conocía y aunque se tiene mucha más información ahora y un equipo de alta calidad, debían comenzar por establecer la ruta y descubrir todos los problemas a resolver antes de partir de viaje.

“Entre la gente que conoce la isla, aproximadamente la mitad dice que saldremos demasiado tarde [principios de mayo] y la otra mitad dice que es demasiado temprano… Tenemos tres estaciones: hielo firme, nieve a medio derretir y aguas abiertas. Debemos conectar cada una con la otra en el tiempo y lugar correctos.”

Plantearon su viaje en etapas para recibir aprovisionamiento en algunos lugares (comenzaron con 100 kilos de carga) y considerando que en otros habría gente, pero teniendo en cuenta los peligros físicos, el itinerario, los osos y los lobos. “¿Mis pensamientos? No dejar que el viento me arranque mi bolsa de dormir, o la marea llevarse el kayak o tener acercamientos con osos. Los meses y kilómetros de hielo, tiempo, glaciares, morsas y aguas abiertas serán agotadores, magníficos, a veces infernales, a veces hilarantes.”

El plan se resumía en recorrer 15 millas náuticas [27 kilómetros] por día, sin importar si remaban, jalaban el kayak sobre hielo o caminaban atravesando un paso de montaña. Porque les quedaba claro que la circunnavegación era demasiado peligrosa en ciertos puntos por las corrientes y la presencia del pack de hielo del Ártico: si caían del kayak, una corriente de ocho nudos (14 km/hora) podría fácilmente atraparlos debajo del hielo.

Los puntos cruciales del viaje estaban en la costa norte, donde las grandes masas de hielo se unen o despegan de tierra por grandes fuerzas. “Pero la verdadera prueba vendrá cuando den vuelta después de Alert y se enfrenten al pack de hielo que fluye desde el Océano Ártico hacia abajo”, por el estrecho de Nares, ese paso entre la isla Ellesmere y Groenlandia, según Jerry Kobalenko, en un hielo que era demasiado inestable para caminar sobre él, pero demasiado denso como para remar por él”.

Tras 104 días de expedición, los dos hombres regresaron a su punto de partida. Se habían convertido en los primeros en hacer esa circunnavegación. Para Turk, fue su fiesta de despedida de las grandes expediciones, después de escalar en la Isla de Baffin o realizar expediciones a Siberia. Boomer espera que esta sea la primera de las grandes expediciones que le gustaría realizar en el lejano norte: “Estoy acostumbrado a tomar riesgos en corto tiempo, como un solo rápido o una cascada. Este viaje fue tan largo y el riesgo tan sostenido que es imposible planearlo.”

Arriba, Jon Turk.
Debajo, Erik Boomer.

Uno de los conocedores de la isla le había preguntado a Jon Turk sobre su plan de emergencia por si las cosas no salían como lo tenían planeado. “Creo que no tenemos un plan alterno. ¿Llamar al rescate, pagarlo con nuestra tarjeta de crédito y declararnos en bancarrota? No, eso no es buen estilo. Nuestro plan alterno es completar esta expedición tal como está planeada.”

Los dos fueron nominados por la National Geographic Society como unos de los aventureros del Año 2012.

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