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Montañismo y Exploración
¿Cuánto daño hace ir a las alturas?
26 octubre 2007

En un estudio reciente, los investigadores descubrieron que cualquier persona que suba a una montaña por encima de los cuatro mil metros. Todos regresan con daño cerebral. Aunque es un estudio poco comprensible para quienes no conocen términos médicos, una cosa queda clara: la aclimatación adecuada es muy importante.







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Cada vez más gente está yendo a subir las montañas del Himalaya o algunas de las más altas y aunque en teoría todo mundo sabe que tiene que pasar por un periodo de adaptación fisiológica que es determinante para no sufrir enfermedades de altitud, la verdad es que el tiempo es oro para las compañías que organizan estas expediciones comerciales.

Un estudio publicado en The American Journal of Medicine, ha sido sacado a la luz en Scientific American a través de un análisis de sus resultados. El mismo artículo ha sido comentado ampliamente por ExplorersWeb.

El Everest, la montaña más alta del mundo: nadie baja sin daño cerebral

El Everest, la montaña más alta del mundo: nadie baja sin daño cerebral

Los resultados son: no importa si llegaste a la cumbre, regresarás con un daño en el cerebro. Aún quienes no pasaron de los 6,500 metros en el Everest sufrieron algún daño. ¿El Everest es demasiado? También se aplicó el estudio a personas que habían subido al Aconcagua o habían desistido en el intento. Todos tuvieron un daño cerebral. ¿Más bajo aún? El Mont Blanc, que es subido por miles de personas al año, también provocó algunos daños cerebrales, aunque a menos personas.

La clave es una aclimatación adecuada, que depende de cada organismo individual. Hay personas que comienzan a sufrir los efectos de la altitud a los tres mil metros pese a su buen entrenamiento, mientras otros pueden alcanzar la cima del Everest al parecer con cierta facilidad. No hay estudios en altitudes menores, pero todo parece indicar que si uno sube una montaña habrá daño, sobre todo a aquellos que van por primera vez, pues no han tenido una aclimatación adecuada.

Escaladores en la cumbre sur del Everest.

Escaladores en la cumbre sur del Everest.

Al parecer, el mal de montaña y los edemas pulmonar o cerebral, dejan una marca, específicamente una “atrofia cortical y alargamiento de los espacios de Virchow-Robin”. Estos espacios rodean los vasos sanguíneos cerebrales que drenan el fluido cerebral y lo comunican con el sistema linfático.

El estudio es un avance importante, aunque quede más bien incomprensible a la mayoría de los montañistas pero que debe ser analizado muy atentamente por aquellos que quieran ir por encima de los seis mil metros. Recomendamos leer el artículo de análisis de ExplorersWeb.



 



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