El montañismo no es un deporte donde se obtengan recompensas de parte de terceros. Así ha sido desde siempre� hasta ahora, en que por primera vez la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME), máxima autoridad del deporte en México, realizará el próximo viernes 9 de diciembre un reconocimiento a deportistas de la montaña en la Confederación Deportiva Mexicana, AC., (frente al Palacio de los Deportes) a partir de las 11:30 horas.

Este reconocimiento se ha otorgado en dos niveles: el ingreso al Salón de la Fama y la entrega de El Luchador Olmeca, máxima distinción del deporte.

LUCHADOR OLMECA

Quizá sea la entrega del Luchador Olmeca la que llame más la atención, pues por primera vez se entregará a un deportista del montañismo. Quien la recibirá es Mauricio Huerta Magdaleno, escalador del estado de Michoacán de 16 años, quien ganara el pasado 11 de octubre la medalla de oro en la modalidad boulder del Campeonato Panamericano de Escalada Deportiva, celebrado en Quito, Ecuador.

Mauricio nació el 16 de marzo de 1989 en Morelia, Michoacán. Sus logros en el 2005 incluyen, además de la medalla de oro mencionada, el primer lugar en la categoría juvenil general en el Selectivo Regional y en el Campeonato Nacional de Dificultad celebrados el 9 y 30 de julio respectivamente en el muro de la FMDMyE en la CONADE. También es el primer mexicano en alcanzar el grado 5.13b (8a+) en la modalidad de boulder con dos ascensos, en la zona de escalada ubicada en Hueco Tanks, USA., durante el mes de marzo, a las rutas; Martini on the Rocks y Diaphanous Sea.

Mauricio obtuvo la medalla de plata en el 2003 en el Campeonato Panamericano de Escalada, celebrado en la Ciudad de México, en la categoría Junior B. También fue nominado para el Premio al Mérito Deportivo en su estado.

SALÃ?N DE LA FAMA

El Salón de la Fama de la Codeme se creó para destacar a los deportistas más relevantes de cada deporte. Se dice fácil, pero es muy difícil ingresar a él, sobre todo porque en el montañismo no hay un consenso sobre si tal o cual persona debe o debería ingresar. Por eso es grato saber que hay dos espacios en este Salón de la Fama, el primero para un grupo y el segundo para una persona.

Primera expedición al Aconcagua, 1948

El 11 de febrero de 1948 a las 15:00 horas locales los montañistas; Raymundo Luna Rangel, Adolfo G. Soto, Antonio Velázquez y Roberto García Juárez en compañía de los andinistas Daniel Riolobos (argentino) y Alejandro Fergadiott (chileno), alcanzaban la cima del Aconcaua, la montaña más alta de América. Por supuesto, en la actualidad no dice mucho hablar del Aconcagua, pues varios grupos al año van y ascienden o intentan la montaña.

Pero estamos hablando de 1948, cuando el Aconcagua tenía sólo pocos ascensos y llegar a la montaña era ya una expedición por sí misma, tanto que en Argentina se otorgaba una condecoración de oro a quienes la subían. También se trata de la primera expedición nacional a otras montañas, algo que tiene que ser señalado con firmeza, pues se trata de montañistas que señalaron un camino a seguir.

�A su regreso los integrantes de la expedición fueron recibidos por el Presidente de la República el C. Licenciado Miguel Alemán Valdez a quien entregaron tanto la bandera mexicana, como las de otras naciones, recuperadas cerca de la cumbre. La importancia de la conquista de Aconcagua se vio reflejada también en diversos reconocimientos entre los que destacan: el realizado por la Federación en el paraje de San Lázaro, Estado de México, con la asistencia de 5,000 montañistas el 3 de abril y el de la Confederación Deportiva Mexicana, AC., en el Palacio de Bellas Artes el 31 de mayo, ambos en 1948.�

Elsa Ã?vila

Elsa �vila, una muchacha que comenzó a escalar a los 15 años y que se convirtiera en la primera mujer en ir al Himalaya, en ascender el Capitán, en escalar en Canadá, los Alpes, los Andes, Patagonia y la Isla de Baffin, también entrará al Salón de la Fama de la CONADE.

Primera mujer latinoamericana en alcanzar la cima de un ocho mil (Sisha Pangma, 1987), participar en ocho expediciones al Himalaya e incluso llegar a la cumbre del Everest (1999), se destacó no por su ascensión al Everest o al Shisha Pangma. Como buena montañista sabe que la cumbre es sólo un requisito. Lo más importante de ella es que también marcó un camino qué seguir: la de pionera.

Luchador Olmeca y Salón de la fama no es más que un reconocimiento que, como montañistas, no esperaban al hacer deporte, pero que nunca está de más. Honor a quien honor merece.

Felicidades a todos.

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