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Montañismo y Exploración
K2, LA CONQUISTA INTERRUMPIDA

Un grupo de universitarios realizó del 14 de junio al 6 de agosto de 1982 una expedición que se convirtió en una de las más trascendentales para el montañismo nacional en su tiempo: por invitación directa y personal de reconocidos escaladores polacos a integrantes de la Asociación de Montañismo y Exploración de la Universidad Nacional Autónoma de México, se llevó a cabo la expedición conjunta Polonia-UNAM al monte K2, de 8,671 metros, segunda cima más alta del mundo. No se trataba sólo de subir, sino de abrir una nueva ruta: la arista noroeste.







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CAMBIO DE PLANES

En el Himalaya, debido a las características de las montañas, y sobre todo en una ruta nueva, es muy difícil seguir al pie de la letra el plan ideal que se realiza en la ciudad con datos escasos. De nuestro programa original había ya varios cambios que mostraban un nuevo plan de ataque. Desde los siete mil metros ya estábamos escalando en terreno chino y hacia el pilar norte; en ese momento, a la altura de 7,600 metros, habíamos alcanzado el sitio del campamento IV y la ruta que la Universidad japonesa de Wasada estaba abriendo desde el mes de mayo (primera expedición al K2 desde el lado chino). Habíamos visto trabajar entre sus campamentos a sus integrantes desde el día en que instalamos nuestro campamento dos.

El campamento IV quedó instalado el día cuatro de agosto, precisamente cien metros arriba de un campamento japonés. La formaban dos tiendas. Desde ahí efectuamos, en los dos días siguientes, un reconocimiento de la porte superior. Durante éste, se observaron dos rutas con cables fijos: una de ellas ascendía por la rampa de nieve a la izquierda del pilar y se pensó, aunque no se ascendió por ella, que llegaría a los 8,000 metros; la segunda ruta ascendía por el pilar y llegaba solamente a 7,980 metros, en donde había un depósito con cables y equipo. Nos decidimos por esta segunda opción, pues se veía más interesante y parecía quo los japoneses la habían abandonado. Sin embargo, decidimos hablar con ellos acerca de la ruta, pero no los llegamos a ver.

Hasta el campamento IV, la ruta tenía dos zonas difíciles por sus características y altitud: la primera en dificultad era la comprendida entre el C-III y el C-IV. La segunda era esa atractiva pared de nieve y hielo de cerca de mil metros entro el C-I y el C-II.

"La vista era como me la esperaba: ¡fascinante! La nieve y el hielo con una inclinación de 65 a 70 grados y las rocas sobresaliendo de estas rampas con un fondo de montañas y aristas y el glaciar Saboya, hacen de esta pared un pequeño mundo alpino."


COMIENZA EL MAL TIEMPO

7 de agosto de 1982

"El día de mañana subiremos nuevamente al campamento III. Me preocupa una gran masa de nubes que vienen del sur y que poco a paco invaden las montañas. Ahora están sobre los Gasherbrum; seguramente habrá mal tiempo".

El día ocho de agosto estuvo nublado y en la madrugada del nueve comenzó a nevar; el tiempo se había descompuesto provocando que todos los miembros de la expedición descendieran al campamento base, donde comenzó una larga espera par el buen tiempo.

Bajo estas malas condiciones, que se prolongaron hasta el final de la expedición, realizamos varios intentos en los días que parecía mejorar el tiempo, pero el periodo era tan corto que sólo permitía alcanzar dos a tres campamentos como máximo y nuevamente las tormentas y los fuertes vientos volvían a bloquear el avance. Muchas veces permanecimos dentro de la tienda (un espacio mínimo de 1.20 par 2.00 metros) soportando el ruido del viento sobre la tienda y las ráfagas de nieve que entraban cada vez que teníamos que salir, por una u otra razón. En esos días de espera angustiosa, se piensan mil cosas, surgen ideas y mueren otras, se está alegre y se está triste.

"El día ha estado estupendo, la nieve tenía una consistencia tal que parecía que podíamos romper el récord de velocidad; desgraciadamente, en la tarde se ha descompuesto. Ahora estoy dentro de la tienda y en cualquier momento comenzará a escucharse el siseo de la nieve cayendo sobre el toldo. Es una lástima que el tiempo esté tan mal ahora que casi toda la ruta está armada y sólo falta el empuje final para llegar a la cumbre.

"Hoy no se trabajó, pues la tormenta no nos ha dejada noche y día. He tenido que salir al baño en varias ocasiones y, cada que lo hago, la nieve se estampa en mi cara y se adhiere a mis ropas y mi cabello, pero ésta es la única "distracción" que tenemos, además de pensar".

El tiempo pasó hasta que empezó a escasear el queroseno y la comida. Las tiendas se habían cambiado varias veces de lugar pues donde se encontraban era imposible descansar ya. El campamento base se veía triste envuelto en la niebla.

"El 29 de agosto se inicia un intento más a la montaña. Entre días buenos y días malos que interrumpen la marcha, se alcanza el lugar del campamento V, a 8,150 metros, el 5 de septiembre. En una tienda, dos expedicionarios aguantan la noche y al día siguiente se realiza un intento de alcanzar la cumbre en medio de vientos de más de 110 km por hors y sólo se logra superar un desnivel de cincuenta metros, antes de que se decida regresar.

"La montaña se ha cubierto de mal tiempo y se inicia el regresa al campamento base. Al pasar por los campamentos inferiores se recogen algunas piezas de equipo que son importantes (radios, cocinetas, sacos de dormir). Las tiendas, cables, colchones y algunas otras cosas son imposibles de recuperar".

El 12 de septiembre llegaron los porteadores al campamento base y comenzamos la marcha de regreso.

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