Abril del Río. Fiel a la filosofía que ha denominado “más allá del Everest”, Carlos Carsolio consideró que los recientes ascensos de tres mexicanos a la cima más alta del mundo significan “un excelente esfuerzo y, de alguna manera, un logro de unidad”. No obstante, el montañista observó que el hecho de alcanzar la punta de esa montaña “no es lo máximo” y la prueba es que tan sólo en lo que va de este año más de 60 alpinistas se han sumado a esa hazaña.
Carsolio, el primer latinoamericano que conquistó el Everest (8 mil 848 metros) sin ayuda de tubos de oxígeno, y el cuarto en la historia que asciende los catorce ochomiles himalayos, fue cuestionado —en el marco de una plática motivacional que ofreció en una escuela de periodismo— acerca de las metas al Everest, que durante el fin del mes pasado de forma consecutiva e independiente alcanzaron Andrés Delgado, Hugo Rodríguez y Yuri Contreras.
“Desde luego que llegar a la punta del Everest no es algo fácil de conseguir y mi intención no es demeritar el esfuerzo de nadie, pero durante este principio de temporada 60 montañistas se sumaron a esa hazaña, misma que han logrado más de dos mil., mientras que existen otras montañas, no tan altas, pero que por su grado de dificultad han sido ascendidas por una sola persona o por nadie”, dijo Carlos Carsolio.
Esos puntos recónditos de la tierra son los que Carsolio se ha propuesto conquistar para continuar poniendo a prueba la fortaleza humana y, como él lo ha definido, proveerse de alimento espiritual. “La escalada de punta es lo que siempre me ha llamado, es para mí el reto más importante dentro del montañismo, así que como quedan aún cientos de paredes difíciles en el mundo, tengo enfilados mis objetivos hacia allá”:
—¿Es decir que no participarías en el proyecto que tiene Yuri Contreras de hacer una expedición netamente mexicana al Everest?
—No es que no me quiera unir. El trabajo en equipo es importante, pero es algo que en esta etapa de mi vida ya no me atrae. Además, insisto , el Everest no debe ser el único objetivo para los montañistas de ningún país y, en este sentido, no es verdad que México esté en un primer nivel mundial. Estamos muy lejos; el verdadero montañista es el que abre nuevas rutas. En comparación con los eslovenos, quienes llevan la vanguardia, los mexicanos no estamos haciendo nada.
“Las expediciones mexicanas al Himalaya siempre serán algo positivo para el país, pero en mi opinión muy personal ya deben hacerlas nuevas generaciones, prepararse más, porque aún estamos muy lejos de alcanzar un nivel punta.”
Carsolio se mantiene al margen del mundo, en el paraíso boscoso que construyó en una montaña mexiquense junto con su esposa y compañera de aventuras, Elsa Ávila. En compañía de la naturaleza y de sus dos hijos, ambos elaboran los formatos de los diversos cursos motivacionales que imparten a empleados y ejecutivos de empresas.
Sin embargo, Carsolio ha dado un pequeño giro a su trabajo motivacional, el que considera fundamental difundirlo entre la juventud, pues considera que este sector de la población “atraviesa por un momento de apatía. Los jóvenes son el público más golpeado por la crisis económica y social que afecta a todo el país”.
De esta manera, el montañista de 35 años de edad contó algunas de sus anécdotas de sobrevivencia en algunas montañas a los estudiantes de la Universidad de Periodismo y Arte en Radio y Televisión.
Les expuso la falta de actitud positiva y del trabajo en equipo como las dos grandes carencias de la sociedad mexicana y de que los sueños, los ideales, son lo más importante para un ser humano que se precia de saber vivir. Estos son los contenidos de los mensajes que impartió y que transmitirá en una serie de conferencias que se ha propuesto ofrecer en 50 escuelas del país.
La Jornada
12 de junio de 1997
